Por Noemí Galbán
LA HABANA, 15 feb (Xinhua) -- El objetivo cuatro de la Agenda de Desarrollo 2030 propone garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos, una meta que Cuba ya logró pero espera con su experiencia contribuir a que el resto de las naciones igual lo consigan.
Por ese motivo, el XI Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, iniciado el pasado 13 de febrero y hasta este viernes 16, adoptó como lema "La universidad y la agenda 2030 para el desarrollo sostenible".
Un reto que abarca no sólo el hecho de impulsar el ingreso inclusivo de los jóvenes a las casas de altos estudios, sino que estos centros aporten también con su labor científica y académica al desarrollo social de sus respectivos países.
"Creemos que las universidades desempeñan un papel importante en el apoyo a los objetivos de desarrollo sostenible y es igualmente importante que las universidades apoyen más firmemente los objetivos económicos y de desarrollo de sus naciones", indicó a Xinhua David Atchoarena.
Para el director de la División de Políticas y Sistemas de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ahí radica la trascendencia de Universidad 2018.
En tal sentido consideró que el congreso proporciona una plataforma para revisar las tendencias actuales en la educación superior a nivel continental y global, así como trazar nuevas políticas en aras de fomentar la inclusión, en su opinión, la palabra clave en la Agenda 2030.
"Las desigualdades es uno de los temas clave en términos de desarrollo en la región y creemos que es ciertamente un área en la que las instituciones de educación superior tienen un papel que desempeñar para contribuir a promover un acceso equitativo para todas las partes de la sociedad", precisó.
Al respecto, manifestó que Cuba tiene "experiencias interesantes" no sólo en términos de participación de diferentes estamentos sociales de la población, sino de igualdad de género, otra deuda pendiente en América Latina, el Caribe y gran parte del mundo.
"Otro desafío es que las universidades cada vez más produzcan bienes y servicios que puedan ser utilizados en el desarrollo económico y social del país", compartió con Xinhua Aurora Fernández, viceministra de Educación Superior de la isla.
En tal sentido, Universidad 2018 se perfila además como escenario para impulsar planes de estudio y políticas que fomenten una mayor integración de las universidades con las sociedades, sectores productivos, territorios y comunidades de sus respectivas naciones.
Una mayor responsabilidad social, con la formación de recursos humanos que acompañen a través de la ciencia y la academia, la solución de las necesidades del país, la región y el mundo, es la clave del éxito, detalló Fernández.
Un requisito primordial en ese empeño es también la preparación constante de los docentes, la elevación del nivel científico y el aprovechamiento de las Tecnologías de la Información (TI) y las Comunicaciones, para formar en los estudiantes el pensamiento crítico y creativo que se requiere.
Durante dos décadas, Cuba ha fomentado este evento iniciado en 1998 y con una frecuencia bianual, concebido como un espacio de encuentro, diálogo y debate de las problemáticas más acuciantes sobre la educación superior en los países de la región latinoamericana y de otras latitudes.
En esta oportunidad participan más de 2.000 delegados extranjeros de 60 países y 900 cubanos, 11 Ministros de Educación y 39 representantes de organizaciones internacionales, quienes debaten en La Habana sobre educación superior, pedagogía, postgrado, ciencia y técnica, medio ambiente y otros temas.
"Constituye una oportunidad única para intercambiar con colegas de todos los continentes que vienen a exponer sus diferentes puntos de vista bajo el lema de los objetivos del desarrollo sostenible que van a conducir la educación superior en el mundo en estos tiempos", apuntó la viceministra cubana.
Datos oficiales confirman que desde el triunfo de la Revolución en 1959, en la isla se han graduado un millón y medio de profesionales, provenientes de 50 casas de altos estudios y 126 centros universitarios municipales.
Cifras que convierten a Cuba en el país de América Latina y el Caribe con mayor matrícula en estudios superiores.
Unido a esto, alrededor de 60.000 jóvenes extranjeros procedentes de 129 países se han licenciado en universidades de la mayor de las Antillas en su mayoría de forma gratuita y de ellos casi 34.000 de la carrera de Medicina.