RIO DE JANEIRO, 13 mar (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Michel Temer, dijo hoy que podría poner fin en septiembre a la intervención militar en Río de Janeiro para que el gobierno pueda votar en el Congreso una reforma del sistema de la seguridad social.
Durante la apertura del pleno de la Federación de las Asociaciones Comerciales de Sao Paulo (Facesp), Temer afirmó que "decretamos la intervención en Río de Janeiro y, debido a la intervención, no se pueden tramitar enmiendas en la Constitución. No es improbable, y espero que así sea, que hasta septiembre, más o menos, las cosas estén encajando en Río de Janeiro y yo pueda hacer cesar la intervención".
Asimismo, el gobernante afirmó que "si la ceso (la intervención), todavía tengo una parte de septiembre, octubre, noviembre y diciembre para aprobar la reforma de la seguridad social".
El gobierno brasileño desistió de llevar al pleno de la Cámara Baja la reforma de la seguridad social tras decretar, en febrero último, una intervención militar en la seguridad pública de Río de Janeiro y, según la ley brasileña, la Constitución no puede ser alterada mientras exista una intervención federal en marcha.
Temer dijo que sufrió una "campaña brutal" de sectores privilegiados, contrarios a la reforma, y que intentaron atentar contra su moralidad.
"Tengo el honor de ser presidente de la República. Creo que hice mucho por el país, hicimos mucho, pero confieso que hubo cuestiones destructivas de aquellos privilegiados que intentaron degradarme moralmente (...) no lo toleraré. Ahora combatiré esto porque mis detractores están en prisión o están desmoralizados", dijo.
Temer defendió la igualdad de condiciones en la jubilación para empleados públicos y trabajadores del sector privado, uno de los puntos que defiende la reforma.
"Sufrimos una campaña brutal a lo largo del tiempo debido a la reforma de la seguridad social, por culpa de los privilegiados que tendrían una reducción en sus derechos", agregó el mandatario.
Temer también defendió varias de las medidas adoptadas por su gobierno, como el límite en gastos públicos, la reforma laboral y la de educación, así como la alteración en la legislación para la tercerización del empleo y exploración del presal.
El mandatario brasileño pospuso la reforma de la seguridad social tras decretar la intervención militar en la seguridad de Río de Janeiro, que atraviesa una ola de violencia que se saldó con cerca de 7.000 homicidios el año pasado.
La duración de la intervención militar en Río de Janeiro está prevista hasta finales de este año.