LONDRES, 27 mar (Xinhua) -- Los bomberos y servicios de rescate fueron mantenidos alejados durante dos horas de la escena del ataque terrorista islamista en Manchester, señala hoy un informe oficial del ataque ocurrido el 22 de mayo de 2017 en la Arena Manchester.
Además, el informe indica que hubo confusión sobre si un atacante armado había huido después de la explosión cuando concluyó un concierto de la cantante de pop estadounidense Ariana Grande. El atacante suicida, Salman Abedi, hizo detonar un artefacto explosivo que mató a 22 personas. Cientos más resultaron heridas por la explosión.
El informe señala que el servicio de bomberos fue dejado fuera del cerco del personal de policía y ambulancias, así que los bomberos entrenados en primeros auxilios y escenarios terroristas no recibieron autorización para ir al lugar, a pesar de estar apostados a menos de un kilómetro del lugar. Los bomberos escucharon el estallido de la bomba desde su estación, pero fueron alejados del lugar, indica el informe.
El informe de 226 páginas de Lord Bob Kerslake fue encargado por el alcalde de Manchester, Andy Burnham, para evaluar la preparación y respuesta de emergencia al ataque del año pasado.
El informe dice que los bomberos hubieran estado mucho mejor colocados para apoyar y, potencialmente, acelerar la evacuación de víctimas si hubieran ido al lugar.
El documento agrega que el inspector de la policía en la sala de control de la fuerza de policía de Gran Manchester declaró un plan preestablecido cuando se sospechó que un terrorista armado podría estar en fuga, y erróneamente asumió que otras agencias estaban al tanto.
Pero la oficina fue elogiada por tomar una de las decisiones más cruciales de vida o muerte de la noche, ignorar las reglas. Esto permitió que los paramédicos y la policía continuaran atendiendo a los heridos aunque estuvieran en peligro de más ataques.
Un alto oficial del Servicio de Bomberos y Rescate de Gran Manchester se apegó a las reglas y mantuvo al personal a 500 metros de distancia de la supuesta zona de peligro.
El informe concluyó que la mala comunicación entre la policía y el servicio de bomberos provocó que los bomberos llegaran dos horas y seis minutos después de la explosión. Normalmente su tiempo de respuesta promedio es de menos de seis minutos.