BEIJING, 27 mar (Xinhua) -- En respuesta al envenenamiento de un ex espía ruso con un agente nervioso, más de 20 países occidentales han anunciado la expulsión de diplomáticos rusos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el lunes que 60 diplomáticos rusos en Estados Unidos serán expulsados y que el Consulado ruso en Seattle será cerrado.
Rusia ha negado cualquier implicación en el envenenamiento de Sergei Skripal y de su hija Yulia en un centro comercial en Salisbury, Reino Unido, el 4 de marzo.
Rara vez Estados Unidos y sus aliados europeos han actuado en forma tan sincronizada en el escenario global desde que Trump asumió la presidencia.
Ante la creciente disputa dentro de la alianza transatlántica, vale la pena reflexionar sobre la muestra de unidad entre las naciones occidentales frente al caso de envenenamiento.
Desde la elección de Trump y desde el "brexit", la asociación transatlántica se ha visto ensombrecida.
Trump avergonzó a sus aliados europeos al rehusarse a estrechar la mano de la canciller de Alemania, Angela Merkel, en una reunión en la Oficina Oval llena de periodistas. El presidente sostuvo un duelo de apretón de manos con su homólogo francés, Emmanuel Macron. También avaló el "brexit" y criticó abiertamente a Alemania por su política de inmigración.
En un intento por consolar a Europa, la revista alemana "International Politics and Society" dijo en un artículo publicado en su sitio web que aunque Trump ha ofendido o humillado a prácticamente cada jefe de Estado o gobierno, al menos hasta ahora no ha declarado una guerra.
La relación con sus aliados europeos ha sido desde hace tiempo, después de la Segunda Guerra Mundial, un pilar de la política exterior de Estados Unidos. Sin embargo, parece que la administración Trump ha desechado la tradición y la ha empezado de nuevo.
Desde que Trump tomó posesión, su política "Estados Unidos primero" con frecuencia entró en conflicto con sus socios europeos. El presidente llamó "obsoleta" a la OTAN, se opuso a la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, se retiró del Acuerdo de París sobre cambio climático, amenazó con cancelar el acuerdo nuclear con Irán y anunció el traslado a Jerusalén de la embajada estadounidense en Israel.
En los años recientes, en Europa han aumentado las quejas e insatisfacción hacia Estados Unidos. Muchos de los medios de comunicación principales del continente, incluido el semanario alemán "Der Spiegel", dijeron que incluso los atlanticistas convencidos ya no pueden negar la crisis de las relaciones transatlánticas. Washington es el que representa la mayor amenaza para los valores compartidos a través del Atlántico.
El político alemán Rolf Mutzenich escribió en su artículo "¿El final del transatlanticismo?" que Trump no es un accidente en la historia estadounidense, sino resultado de años de arrogancia y de soberbia de la potencia mundial estadounidense después de la Guerra Fría.
El presidente Trump le quitó la máscara a Estados Unidos y dejó al descubierto el verdadero rostro de una potencia sin escrúpulos y autosuficiente, dijo Mutzenich.
Debido a sus diferencias sobre estrategias, intereses y políticas, Estados Unidos y sus aliados europeos se han estado distanciando. El incidente de envenenamiento ayudó a que Washington estableciera vínculos con sus aliados del otro lado del Atlántico pese al profundo distanciamiento, lo que podría explicar por qué emprendieron una acción colectiva contra Rusia.