Por Edgardo Loguercio
LIMA, 14 abr (Xinhua) -- La inestabilidad política regional, con crisis internas en algunos países clave de la región, imposibilitó que en la VIII Cumbre de las Américas se pudiera alcanzar consensos más sustantivos y salidas a los problemas más acuciantes del hemisferio.
Los jefes y representantes de Estado y de Gobierno aprobaron este sábado el Compromiso de Lima "Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción", pero hubo numerosos cuestionamientos al abordaje del problema y ningún avance en otros temas.
La Cumbre fue realizada tras el fin de varios gobiernos progresistas y el surgimiento de una nueva ola conservadora en América Latina, que complicó el panorama político regional, elevando las diferencias entre gobiernos de distinto signo ideológico.
En los últimos años, las crisis de legitimidad ha llevado a la caída de varios presidentes de la región, trayendo mayor incertidumbre política en varios países.
La renuncia a fines de marzo del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, luego de sólo 20 meses de gobierno, y su reemplazo por Martín Vizcarra, limitó la capacidad del país anfitrión para coordinar el proceso de toma de decisiones en la Cumbre.
La expectativa era que el encuentro hemisférico sirviera como un foro para dar respuestas comunes como la inestabilidad política, la cuestión migratoria, la situación en Venezuela y la elevación de tasas al comercio anunciadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, entre otros.
El escaso tiempo que tuvo Vizcarra para coordinar con otros gobiernos, muchos concentrados en resolver graves problemas internos, y la falta de interés mostrada por Estados Unidos para buscar una solución consensuada a los desafíos comunes, impidió que hubiera avances importantes.
El presidente mexicano, Peña Nieto, mostró su insatisfacción con la postura estadounidense con relación al tema migratorio, demandando en la Cumbre una relación de "respeto mutuo", luego del anuncio del presidente Trump de militarizar la frontera.
También hubo referencias al fuerte flujo migratorio desde Venezuela que ha provocado emergencias sociales en Colombia y Brasil, con compromisos de esos países para atender a las necesidades básicas de los inmigrantes.
Ambos países, como otros aliados de Estados Unidos, anunciaron que desconocerían las elecciones presidenciales que se realizarán en mayo en Venezuela, pero las pretensiones de Washington de promover sanciones económicas conjuntas y una intervención quedaron relegadas.
Aunque el presidente Maduro había sido invitado a Lima inicialmente por el ex presidente Kuczynski, el gobierno peruano decidió retirar la invitación, y luego de idas y vueltas el líder bolivariano decidió finalmente no asistir.
También Brasil, el mayor país de Sudamérica, llegó a la Cumbre debilitado por una fuerte tensión política interna y un escenario electoral cada vez más incierto.
En mandatario Michel Temer llegó a Lima en medio del agravamiento de la crisis brasileña vinculada a diversos escándalos en el marco de las investigaciones anticorrupción de la Operación Lava Jato (Lavadero), que investiga las corruptelas en la petrolera estatal Petrobras.
La prisión la semana pasada del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva divide a la opinión pública brasileña sobre las imputaciones al líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Con numerosos aliados en la región, la prisión del ex mandatario provocó una ola de repudio de sectores de izquierda y repercutió en la Cumbre en las intervenciones de Bolivia y Cuba, que dijeron que Lula es un "preso político".
Otro tema importante fue la reacción de los países de la región ante las medidas proteccionistas del gobierno de Trump, quien elevó las tasas de importación a diversos productos, afectando a varios países.
El rechazo al proteccionismo y la defensa de la apertura y la integración fue prácticamente unánime en las intervenciones de los presidentes.
Los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- y de la Alianza del Pacífico -Colombia, Chile, México y Perú- acordaron instruir a sus técnicos para preparar las bases de la negociación para un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques.
La Cumbre se desarrolló también en un clima de congoja provocado por el asesinato a manos de disidentes de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de dos periodistas y un chofer del diario "El Comercio" de Ecuador, en la frontera entre ambos.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, el primero a arribar a Lima, debió dejar la Cumbre antes del inicio de los trabajos por este hecho, y todos los países expresaron su condena al crimen.