El epicentro del terremoto de Sichuan se convierte en digno ejemplo que demuestra la solidez y unidad de China

Actualizado a las 16/04/2018 - 14:50

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Turistas visitan las ruinas de la escuela secundaria Xuankou en Yingxiu, provincia de Sichuan, destruida por el terremoto de Wenchuan hace 10 años.（Foto: Hui Yang/ GT）

Wenchuan, 16/04/2018 (El Pueblo en Línea) -Bulliciosas calles, niños corriendo y una colorida vida nocturna. Asi es la vida en la ciudad de Yingxiu, en Wenchuan, provincia de Sichuan. A simple vista, Yingxiu guarda similitud con cualquier otra ciudad china, sin embargo hay ruinas históricas y monumentos conmemorativos como permanentes recordatorios del trágico desastre que sufrió la región.

Han pasado diez años ya de aquel fatídico 12 de mayo cuando un terremoto sacudió la zona, cobrando la vida de más de 80.000 personas.

La última década ha sido testigo del enorme cambio en la fisonomía de Yingxiu, epicentro del terremoto de Wenchuan. La ciudad ha sido reconstruída desde las ruinas. Una floreciente y vibrante ciudad moderna se levanta sobre los destrozos que causó un terremoto de magnitud 8.

Las calles están llenas de tiendas y hoteles de distintivo sabor local y los lugareños suelen reunirse para las noches de baile en las plazas públicas.

Yingxiu solía ser una próspera ciudad industrial que presumía de un gran número de restaurantes, hoteles y salones de baile. Sin embargo, la mayoría de estos edificios se derrumbaron durante el terremoto.

La reconstrucción de Yingxiu ha atraído la atención y participación nacional e internacional. De hecho, reconocidos arquitectos chinos y extranjeros han participado en el proceso, convirtiendo a la ciudad en un espacio urbano líder en términos de arquitectura a prueba de sismos.

Después de la tragedia del 2008, el gobierno local de Yingxiu, aprendiendo de otros casos exitosos, ha impulsado el desarrollo del turismo. Casi todos los hogares tienen un comercio, ya sea una tienda, un hostal o un restaurante. La ciudad también se ha convertido en un digno ejemplo para que los jóvenes constaten la fuerza patriótica y el vigor de la unidad nacional que inspiró e hizo posible la recuperación de la ciudad después del desastre.

Gracias al esfuerzo de todos, ahora la ciudad - de cerca de 10.000 habitantes- puede ofrecerle la bienvenida a los turistas nacionales y extranjeros.

Con su bulliciosa cotidianidad y sus numerosos restaurantes y tiendas de souvenirs, la ciudad ha vuelto a la vida original que tenía antes de sufrir el devastador terremoto.