Zhang participa en una competencia recreativa en una escuela primaria de Liangshan. (Foto: China Daily)
A cada niño, personalmente les ayuda a revisar los errores gramaticales y mejorar su caligrafía antes de mandarla la misiva a los donantes. Ella tampoco recuerda la cantidad de cartas que ha ayudado a escribir y enviar.
La labor de Zhang ha merecido el respeto de organizaciones internacionales. Su taller se asoció con entidades benéficas tales como la Fundación de Educación Fu Hui de Canadá, para establecer tres escuelas para huérfanos y jóvenes desfavorecidos de la región.
Las últimas cifras demuestran que los estudiantes de familias de bajos recursos y los huérfanos beneficiados por el activismo de Zhang superan los 10.000 individuos.
Zhang explica que su sueño de ayudar a los niños comenzó en agosto de 1997 cuando llegó a la aldea Liangshan como reportera. Le sorprendió la desgarradora pobreza del lugar. Desde entonces, ella decidió dedicar su tiempo libre a mejorar la vida de los aldeanos de las remotas regiones montañosas de China.
Los lugareños de Liangshan idolatran a Zhang, especialmente porque su devoción trasciende los vínculos étnicos Yi.
Liu Yingmei, antigua estudiante de la escuela Minzu de Liangshan, quien ha recibido el apoyo de Zhang, hoy es doctora y tiene una exitosa carrera.
Liu recuerda que su familia era muy pobre. No tenía dinero ni para comprar una caja de fósforos. Cuando estaba en secundaria, ocupó el lugar 29 en el escalafón de su clase. No pudo cumplir ni siquiera con los estándares mínimos para recibir las subvenciones para estudiantes con talento.
"Cada festival, yo llamo a Zhang para expresarle mi gratitud, porque ella no me abandonó cuando yo no era una buena estudiante. A pesar de ello, me ayudó a recibir durante 11 años fondos de una organización de Hong Kong. Ella me ayudó a lograr la excelencia", detalló Liu.