Zhang camina hacia una remota aldea, 2016. (Foto: China Daily)
En marzo del 2005, Zhang recibió una carta de una huérfana llamado Cai Li. Ella y su hermana mayor habían perdido a sus padres y habían abandonado la escuela.
Al enterarse de esto, Zhang ideó un plan para ayudar a las hermanas. Ahora, la hermana mayor ya se gradúo de la Universidad de Tecnología de Tianjin y regresó a Liangshan a trabajar como funcionaria pública y Cai ha terminado la Escuela Normal Minzu de Liangshan.
Cai asegura que ella siempre recordará la época en que Zhang lloraba junto con ella y le ofrecía aliento para seguir adelante.
"El alivio a la pobreza en Liangshan nunca ha sido tarea fácil. Cuando los apoyamos, con frecuencia les digo: nunca te sientas solo porque desde zonas lejanas muchas personas expresan su amor por ti", afirma Zhang.
"También aliento a los estudiantes a escribir caracteres en negrita (tener fuerza de voluntad) y perseverancia para resolver los desafíos. Y ansío que después brinden a los demás las experiencias aprendidas sobre el amor, el coraje y la confianza".