Por Yasef Ananda
Beijing, 21/06/2018 (El Pueblo en Línea) - En el Salón de las Culturas de la Embajada de México en China se inauguró este miércoles la exposición fotográfica “El águila y el dragón: un cielo compartido”. La muestra es un sugerente recorrido por las imágenes que integran el libro homónimo, escrito por el Dr. Luis Fernando Oviedo y la Dra. Mariella Remund, profesores de CETYS University.
Durante la apertura, el embajador mexicano José Luis Bernal afirmó que “China y México, a pesar de la distancia geográfica que nos separa, hemos forjado vínculos ya centenarios desde el inicio de la primera globalización –con la primera ruta marítima de la seda, la plata y las especias impulsada por la Nao de China o Galeón de Manila en el siglo XV, pasando por importantes migraciones de chinos a México a fines del siglo XIX y principios del XX, hasta la más reciente evolución de nuestra Asociación Estratégica, que nos une en lo económico , en lo social, en el diálogo político y la cooperación multilateral”.
Las 36 fotografías de “El águila y el dragón: un cielo compartido” han sido concebidas desde el presumible diálogo que reafirma la sinonimia en la otredad, tabla de azogue y sueños bruñidos donde el reflejo deviene vaticinio y familiar hallazgo.
“Comenzamos a concebir esta exposición bajo la premisa de las similitudes. Considero esencial reconocernos en aquellos rasgos y actitudes que compartimos. Y desde esa cima construir el camino común, y no precisamente desde lo que nos divide”, afirmó la Dra. Mariella Remund a Pueblo en Línea.
Dentro de las “simetrías” evidenciadas como rasgos comunes de identidad en la investigación fotográfica realizada por el Dr. Oviedo y la Dra. Remund, se destaca la creación humana: el culto, las herencia culturales, las tradiciones ancestrales, el disfrute de la confraternización a través de la danza en plazas públicas o la caprichosa estética de algunas delicias gastronómicas como el tamal mexicano y el zongzi chino, alimentos que en ambos países se suelen elaborar en casa para consumir en fiestas y celebraciones comunitarias. También la exposición abre un espacio para ensoñar y trenzar la Piedra del Sol y el Bagua o avecinar un intrincado Xochimilco que fraterniza con el lago Houhai.
“Nos interesa que la gente conozca un poco más aquellas cosas que tenemos en común. A veces nos perdermos en el diario vivir y no nos damos cuenta del prójimo. Nuestras culturas milenarias siempre han tenido similitudes que a lo mejor no hemos valorado. Eso buscamos y eso encontramos”, aseguró el Dr. Oviedo.
La inspiración e idea de esta exposición surgió en Mexicali, capital del estado de Baja California, área que experimentó una importante migración china desde inicios del siglo XX y aún mantiene el atractivo para muchas familias chinas que aportan al desarrollo agrícola y comercial de la región.
“Sin la comunidad china no hubiera nacido el pueblo de Mexicali. Gracias a eso, toda la vida hemos convivido con expresiones culturales chinas”, afirma el Dr. Oviedo. “Recuerdo a mi madre bordando cojines y sábanas con paisajes chinos. El atractivo chino me generó cierta fijación”.
Por su parte, el Dr. Alberto Gárate, vice rector de CETYS University, subrayó durante la inaguración que el libro y la exposición “El águila y el dragón: un cielo compartido” es el resultado de una interacción gradual y evolutiva entre México y China, la universidad CETYS y las universidades chinas asociadas y entre todos los académicos del Pacífico.
Durante el encuentro, el embajador Bernal destacó la formalización de un memorándum de entendimiento entre la Universidad CETYS y la Universidad de Negocios Internacionales y Economía de China (UIBE), acuerdo que promoverá el intercambio académico y los programas conjuntos de investigación.
“Sin duda, este instrumento refrenda el compromiso compartido de China y México por elevar permanentemente la calidad de la educación para que nuestras sociedades estén cada vez mejor preparadas para enfrentar los retos del siglo XXI”, subrayó.
En el transcurso de este año, la exposición fotográfica “El águila y el dragón: un cielo compartido” se presentará en diferentes ciudades del gigante asiático.
“Cuando estuve por primera vez en Shanghai, visité el Museo de Antropología que se construyó según la antigua cosmovisión del pueblo chino sobre la relación entre la tierra y el cielo. Para ellos el cielo era redondo y la tierra cuadrada. Esa misma noción la encontré en Chichén Itzá. Los mayas también construyeron el observatorio astronómico partiendo de que el cielo era redondo y la tierra era cuadrada. ¿Cómo fue posible que dos pueblos tan distantes hayan tenido la misma visión?, concluyó el Dr. Oviedo.