Beijing, 21/05/2018 (El Pueblo en Línea) - El acuerdo entre China y Estados Unidos de no involucrarse en una guerra comercial hará que todo el mundo suspire de alivio, excepto los belicosos halcones de Estados Unidos. El acercamiento se produce después de meses de intensificación de las tensiones y amenazas de un ataque cada vez más fuerte. Las tarifas arancelarias habían aumentado los temores de que las dos economías más grandes del mundo estuvieran decididas a enfrentarse en una guerra comercial.
Sin embargo, las conversaciones, desafiando el pesimismo que les rodeaba, demostraron ser "positivas, pragmáticas, constructivas y productivas", como lo describió el viceprimer ministro Liu He, quien dirigió a los negociadores chinos. Y con las dos partes acordando mejorar su cooperación comercial en áreas como energía, productos agrícolas, cuidado de la salud, productos de alta tecnología y finanzas, ambas partes han demostrado su disposición a encauzar sus vínculos comerciales.
Para China, las importaciones "en aumento significativo" de bienes y servicios estadounidenses, como productos agrícolas y energéticos, ayudarán a satisfacer sus necesidades de desarrollo y los deseos de los consumidores chinos. Y, lo que es más importante, las importaciones de alta calidad de EE.UU impulsarán a las empresas nacionales a mejorar su juego para que puedan competir mejor.
Para EE.UU, las exportaciones de más bienes y servicios a China ayudarán a reducir el enorme déficit comercial del país con China, algo que la administración podrá señalar como una señal de que su política de “Estados Unidos Primero” está funcionando.
A pesar de toda la presión, China no se "retiró", como observó el presidente de EE. UU, Donald Trump. En cambio, se mantuvo firme y expresó continuamente su voluntad de hablar.
Que EE.UU finalmente comparta esta disposición significa que las dos partes han evitado con éxito la confrontación frontal, que en un momento parecía inevitable.
Que hayan llegado a un acuerdo muestra una vez más que las dos partes pueden resolver sus diferencias a través de conversaciones directas, y que hablando se pueden superar obstáculos aparentemente insuperables.
Sin embargo, es importante ahora que ambas partes no descansen en sus laureles. No deberían conformarse con este consenso general. Informan que Estados Unidos enviará un equipo a China para trabajar en los detalles. Los detalles esenciales del acuerdo no deben convertirse en obstáculos para cumplir con las promesas mutuamente beneficiosas del acuerdo.
Las dos partes han demostrado que pueden entablar discusiones productivas, por lo que debería haber intercambios regulares de puntos de vista entre los funcionarios de alto nivel para mejorar la comprensión y ayudar a prevenir cualquier desacuerdo que cause fricciones futuras.