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Trabajador español de Alibaba cumple sus sueños en China

Actualizado a las 16/07/2018 - 08:21
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BEIJING, 15 jul (Xinhua) -- El empleado de Alibaba Diego García, un español de 28 años, estuvo entre la comitiva de bienvenida del presidente mexicano Enrique Peña Nieto a la sede del gigante del comercio electrónico chino en septiembre de 2017.

Inspirado por la perspectiva de estrechar los vínculos del comercio electrónico entre China y México, García decidió apostar por la empresa y se enroló en sus filas.

Ya como integrante del equipo, con el cargo de asociado de proyectos globales, García organizó sesiones de formación en Ciudad de México para ayudar a las empresas pequeñas y medianas a comerciar globalmente a través de la plataforma en línea de Alibaba.

"Este proyecto dio un vuelco a mi vida", dijo García, que agregó sentirse "contento de poder ayudar e influir en la gente".

Antes de venir a China, García trabajaba para una empresa internacional en Londres. El puesto era respetable y el salario decente, pero tras unos años, decidió cambiar.

"Dejé de aprender, y dada la antigüedad de la compañía y madurez del mercado era difícil hacer cambios y lanzar nuevos modelos de negocio", reconoció.

El español buscaba crecimiento e innovación, por lo que dirigió la mirada a China, la segunda economía más grande del mundo.

No obstante, su decisión desconcertó a la mayoría de sus amigos.

"En mi pueblo natal de las islas Canarias, la gente valora vivir rodeada de playas, mar y sol. La idea de ir a China y estudiar un nuevo idioma, cultura y modos de hacer negocios suena poco atractiva para mucha gente", explicó.

García llegó a China en 2015 y se matriculó en la Escuela Internacional de Comercio China Europa en Shanghai, donde trabó amistad con muchos compañeros chinos de clase y absorbió con entusiasmo nuevas ideas.

Dos años después, ingresó en la academia de liderazgo global de Alibaba y realizó un viaje de negocios a la estación rural de Taobao en la provincia oriental china de Anhui. Allí conoció a muchos aldeanos a los que el comercio electrónico les había cambiado la vida, entre ellos un anciano que compró un teléfono por satélite en Taobao para cuidar del ganado.

García quedó impresionado por la hospitalidad de los habitantes. "Cada vez que llegábamos a una nueva estación de Taobao, los residentes nos llenaban los bolsillos de bayas frescas y nos ofrecían té. Todos eran muy amistosos", aseguró.

A medida que iba trabajando con colegas y clientes chinos en Alibaba, García quedó impresionado de sus flexibles métodos de negocio y valoró que le hubiesen permitido participar en el proyecto de México nada más incorporarse a la compañía.

También elogió la flexible interacción entre el gobierno y el comercio en China: "En Europa, el proceso legislativo intenta primero regular y que la realidad se ajuste a la ley. El gobierno chino deja un espacio suficiente para que las nuevas industrias crezcan y elabora posteriormente una serie de reglas con ellas", alabó.

Los padres de García visitaron en 2017 la ciudad de Hangzhou, cuya belleza natural e historia les dejaron muchos recuerdos felices. Además, fue la ciudad donde García convirtió su sueño en realidad paso a paso.

"A veces sí echo de menos a la vida en las Canarias, donde uno puede navegar y escapar del mundo. Pero como joven, estoy todavía en el proceso de estudiar y crear algo nuevo", reflexionó.  

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