Por Juan Limachi
LIMA, 18 jul (Xinhua) -- Perú usa drones (vehículo aéreo no tripulado) para combatir la deforestación y la tala ilegal de árboles en la Amazonia, informó hoy el responsable del Programa de Drones de Conservación Amazónica, Carlos Castañeda.
"Usamos los drones como un medio de verificación de alertas tempranas y como un medio para levantar información de ilícitos ambientales que se producen en el bosque", explicó a Xinhua.
Los "patrulleros del cielo", con 10 unidades, tienen como misión la preservación de la biodiversidad que guarda la Amazonia peruana, que el año pasado perdió 143.425 hectáreas de bosques por la tala ilegal.
"Si una alerta nos dice que ha pasado algo, tomamos las fotos, de esta manera nos enteramos del cambio en el bosque", detalló.
Castañeda está a cargo del monitoreo de la región amazónica de Madre de Dios, que tiene una extensión de 85.300 kilómetros cuadrados, donde se reporta la actividad frenética de mineros ilegales, madereros y colonos depredadores.
"Durante el patrullaje rutinario, un vecino nos dice que algo está pasando, vamos y verificamos, de ser necesario se usa el dron para hacer la verificación", explicó.
Según el experto, gracias al uso de esta tecnología, los guardianes de la Amazonia peruana cuentan con una herramienta efectiva para controlar los recursos naturales desde el aire.
"El dron puede tener otra perspectiva, no es la perspectiva desde el suelo, donde nos encontramos nosotros, es aérea y nos está tomando fotos georreferenciadas", precisó.
Castañeda afirmó que el trabajo que realiza puede ser verificado por cualquier órgano de control o de monitoreo, porque toda la labor de patrullaje se realiza en tiempo real.
De acuerdo con el experto, toda la información recabada por este medio tecnológico es canalizada a los concesionarios forestales y sirve de apoyo a las oficinas del gobierno peruano.
"Con los concesionarios forestales lo que queremos es que ellos puedan proteger los territorios que les han asignado", subrayó.
Gracias al uso de las nuevas tecnologías, que es compartido por las comunidades de esta zona selvática, se han desarrollado sistemas de alerta que facilitan la presentación de denuncias.
Castañeda precisó que los datos captados por los drones son compartidos con instituciones privadas y del Estado, como el Ministerio del Ambiente, el Servicio Nacional y Fauna Silvestre y el Servicio Nacional de Areas Naturales Protegidas.
"La plataforma que tenemos es libre y la información va a quien la necesite, pero siempre va también a los organismos del Estado", añadió.
La vigilancia en Madre de Dios es intensa, debido a que es la zona más afectada por la actividad agresiva de la minería ilegal para la extracción de oro.
El año pasado se perdieron 20.826 hectáreas de bosques, según el Programa Monitoreo de la Amazonia Andina.
"En la región Madre de Dios, la principal fuente de deforestación es la minería aurífera en el bosque; además, un incremento de la agricultura, principalmente papaya y cacao, en los últimos años", subrayó el encargado del programa de drones.
Castañeda explicó que en la agricultura extensiva, los colonos practican la deforestación y fuerzan un cambio del uso del suelo, con sus consiguientes efectos negativos de destrucción de árboles, animales y otras especies vegetales.
"Se corta, se roza y se quema, lo cual también es completamente ilegal", puntualizó al describir cómo arrasan con las tierras y bosques vírgenes al provocar un cataclismo ecológico.
En cuanto a la tala, Castañeda cuestionó esta práctica ilegal que corta el árbol para aprovechamiento de madera y la tumba, recursos que son vendidos en los mercados negros para la obtención de millonarias ganancias.
"La tala es selectiva, porque se corta sólo las especies que interesan al maderero ilegal, dependiendo del bosque por hectárea, solo suele haber dos árboles de interés por hectárea, eso implica una pérdida importante de la biodiversidad", puntualizó.
De acuerdo con el Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana, unos 782.880 kilómetros cuadrados del país están cubiertos de bosque amazónico, lo que equivale al 13 por ciento del territorio peruano.