Por Sun Ding, Pan Lijun, Xu Xiaolei
WASHINGTON, 27 ago (Xinhua) -- La vicepresidenta para comercio internacional de la Asociación de Líderes de la Industria al por Menor, Hun Quach, dijo "301 es un impuesto para la cama", "es un impuesto para lavarse los dientes", "para la comida", "para tu guardarropa de invierno".
Para representar su negativa a la iniciativa de Estados Unidos de defender el artículo 301 de su legislación comercial sobre presuntas violaciones chinas a la propiedad intelecutal, Quach llegó con una canasta de productos de supermercado al comité donde se discute la iniciativa.
Si procede la propuesta los aranceles "afectarán el presupuesto de las familias norteamericanas, especialmente las de ingreso bajo y medio, que duramente pueden pagar por los productos de consumo diario", dijo.
Quach es una de los 300 empresarios y representante de asociaciones industriales que asiste a las audiencias públicas propiciadas por la Oficina para la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) que tratan la decisión de Washington de fijar aranceles por 200 mil millones de dólares a productos chinos.
Cientos de testigos de una amplia gama de sectores a lo largo del país, de forma abrumadora, instaron al gobierno a no aplicar aranceles a las importanciones chinas, que son importantes para las empresas, los empleos y los consumidores estadounidenses.
ALTO COSTO PARA CONSUMIDORES ESTADOUNIDENSES
Desde que Estados Unidos inició las tensiones comerciales con China, Quach ha asistido a varias audiencias sobre aranceles en nombre de más de 200 líderes del mercado minorista estadounidense que incluyen a marcas como Walmart, Best Buy y Costco.
Ahora busca persuadir al comité de la 301 a excluir más de 650 productos de la lista de aranceles. Allí se encuentran los proveedores de bicicletas estadounidenses que también sienten las presiones de las amenzas tarifarias.
De acuerdo a sus representados el país compra unos 15 millones de bicicletas, un 94 por ciento del total de sus compras, a China, lo que representa 1.100 millones de dólares al año.
Después de anunciar aranceles adicionales a las importaciones de acero y aluminio por 50.000 millones de dólares, Washington amenazó el mes pasado con fijar nuevos aranceles del 10 por ciento sobre productos chinos que equivalen a unos 200.000 millones de dólares y luego elevar la tarifa al 25 por ciento.
De acuerdo a un reciente estudio de la Federación Estadounidense de Venta Minorista si se concreta el alza del 25 por ciento sobre las manufacturas chinas los consumidores estadounidenses pagarán un extra de 6.000 millones de dólares cada año.
"BUENOS TRABAJOS EN EEUU" ESTAN EN RIESGO
Además de señalar la carga financiera adicional para los consumidores, los estadounidenses señalaron que la medida afectaría a las empresas de su país y provocaría despidos.
John McCann, que representa a MEC, dedicada a las plataformas de trabajo aéreo, presentó uno de los testimonios más convincentes. Su compañía de manufacturas en California fabrica elevadores de tijera y otras plataformas usadas en la construcción y el mantenimiento que representa al mercado de EEUU una ganancia de 2.600 millones de dólares.
Compartió varias historias. Una de ellas sobre una mujer que nunca había tenido un empleo de tiempo completo y despúes de que su esposo fuera a prisión ella consiguió trabajo en MEC conectando cables y otras labores.
Otra historia fue la de un joven que tenía cinco hermanos y había sido criado en una familia de adictos a las drogas. Dejó su hogar a los 14 años, pasó a vivir en casas de amigos o parientes sin poder acumular capacidades o experiencia laboral.
"Lo capacitamos y llegó a dirigir un equipo de cinco personas y ahora tiene su propio apartamento", dijo McCann.
Para muchos empleados MEC es el mejor trabajo que han tendio. "Son buenos trabajos para americanos que viven en pequeñas comunidades rurales."
Las inversiones mutuas y la coperación comercial entre China y Estados Unidos han ayudado a crear millones de trabajos en Estados Unidos, de acuerdo con reportes recientes del Consejo de Negocios de EEUU y China.
El senador estadounidense de Alaska Dan Sullivan también testificó ante el comité. Los pescadores de su circunscripción están desconcertados con la propuesta de los aranceles.
Sullivan dijo que 900 millones de dólares de comida de mar incluidos en la lista es exportada desde Alaska, procesada en China y luego importada a Estados Unidos para ser vendida en el mercado local y global. Un alza en los aranceles es nada menos que una bala contra los pescadores de Alasla, señaló.
AMENAZA DE CADENA GLOBAL DE SUMINISTRO
Según el USTR, los aranceles propuestos son una acción complementaria en respuesta a las prácticas comerciales desleales de China, relacionadas con la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual y la innovación en ese país, en virtud de la sección 301 de la Ley de Comercio de 1947, una herramienta que fue creada y perfeccionada durante la Guerra Fría y ha sido prohibida por la Organización Mundial del Comercio.
El director de Logitech Inc., Mark Kinzie, dijo que por parte de las entidades chinas no existen prácticas para forzar transferencia de tecnología o de derechos de propiedad intelectual, afirmación basada en sus experiencias con sus contrapartes chinos. Su opinión fue compartida por otros representantes.
Durante las audiencias, los funcionarios de EEUU preguntaron frecuentemente si es posible reducir la dependencia de China como parte de la cadena de suministro, o bastaba con "mover la producción fuera de China."
La idea de la unilateralidad no fue bien recibida. "Las cadenas de suministro no son algo que se conecta y marcha de una vez, no pueden configurarse fácilmente para cumplir con los caprichos de la política comercial de EEUU", dijo Ed Brzytwa, director de comercio internacional del Consejo Estadounidense de Química.
"Las cadenas de suministro no existen en el vacío, sino que se mueven con el flujo de las fuerzas del mercado", agregó Brzytwa. "Forzar a las compañías a reconfigurar sus cadenas de suministro amenazaría la viabilidad de sus negocios."
Representantes de varias industrias como la de vestuario, portafolios y maletas, bicicletas, semiconductores y aparatos electrónicos, dijeron que tomaría años y un gran capital mover la producción fuera de China. Descartaron llevarla a Estados Unidos, lo que acarrearía un alto costo de mano de obra.
"No existe una cadena de suministro más sofisticada que la china", dijo Mark Karnes, vicepresidente de planeación estratégica de Cedar Electronics, la compañía aliada de varias marcas de automóviles y aparatos electrónicos.
Añadió que "el dramático incremento" de sus "costos de producción" los hace "menos competitivos".
"Cualquier afirmación sobre que los productores estadounidenses sean capaces de abastecer el mercado con productos nacionales o provenientes de Corea o la Unión Europea o de cualquier otra parte ignora la realidad económica y es una equivocación", dijo Harlan Stone, cofundador de la Coalición de Consumidores Americanos y Justicia para los Trabajadores.
Naomi Wilson, directora de política global y China-Asia del Consejo para la Industria de la Información y la Tecnología, que representa compañías como Amazon, Apple y Facebook, dijo que el "impacto más grande a largo plazo" de los aranceles propuestos será sobre "la competitividad estadounidense y su ventaja tecnológica".
"Muchos de los componentes de esta lista construyen muros contra las futuras tecnologías", dijo Wilson, agregando que el internet de las cosas, la inteligencia artificial, el aprendizaje de las máquinas y las 5G se harán más costosas.