RIO DE JANEIRO, 11 sep (Xinhua) -- El 52 por ciento de la población adulta brasileña no tiene la educación media finalizada, lo que convierte el país sudamericano en uno de los que tiene una mayor tasa de adultos sin acabar este nivel de formación, según divulgó hoy la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE).
En un estudio titulado "Una mirada sobre la Educación", la OCDE resaltó que el menor nivel de escolaridad suele estar asociado a una mayor desigualdad de la renta. En el caso brasileño, el índice de adultos que no tienen los estudios medios finalizados es más del doble de la media de la OCDE, únicamente superado por Costa Rica (60 por ciento) y México (62 por ciento).
"En la mayoría de los países de la OCDE, hay una amplia mayoría de jóvenes adultos, con edad entre los 25 y los 34 años, que tiene al menos la cualificación de enseño medio. En pocas décadas, el enseño medio pasó de un vehículo de ascensión social al mínimo exigido para la vida en una sociedad moderna", asegura el informe.
La OCDE alertó que los que dejan la escuela antes de completar el enseño medio tienen dificultades no solamente en el mercado de trabajo, al tener menores salarios, sino también en competencias cognitivas, como la memoria, habilidades motoras o atención, entre otras, en comparación con las personas que sí que tienen esta formación.
La entidad resaltó el número relativamente bajo de alumnos con más de 14 años de edad que están inscritos en los centros de enseño medio en Brasil. Apenas el 69 pro ciento de los que tienen entre 15 y 19 años y sólo el 29 por ciento de los jóvenes de 20 a 24 años brasileños están matriculados, según la OCDE, cifras muy por debajo del 85 y 42 por ciento respectivamente de media en los otros países.
Según el informe, Brasil todavía sufre "desigualdades regionales significativas" en relación al enseño superior. En el Distrito Federal, por ejemplo, el 33 por ciento de los jóvenes llegan a la universidad, mientras que en Maranhao, el estado más pobre, la cifra apenas llega al 8 por ciento.
Para la OCDE, la desigualdad regionales entre alumnos que consiguen llegar al enseño superior en Brasil "es, de largo, la mayor en comparación con toda la OCDE y países asociados", incluyendo naciones como los Estados Unidos o Rusia, que también poseen varias áreas de diferentes tamaños y poblaciones.
"Asegurar que las personas tengan la oportunidad de alcanzar niveles adecuados de educación es un desafío crítico. El acceso al enseño superior viene creciendo en Brasil, pero todavía es una de las tasas más bajas entre la OCDE y países asociados, y está abajo de todos los otros países de América Latina con datos disponibles".
En Brasil, el 17 por ciento de los jóvenes adultos con edad entre 24 y 34 años llegan a la educación superior actualmente, cifra muy superior al 10 por ciento de 2007. Pese a la mejora, el índice es 27 puntos inferior a la media de la OCDE.
"Para mejorar la transición entre el enseño medio y el mercado de trabajo, independientemente del escenario económico, los sistemas de educación tienen que asegurarse que las personas tengan las competencias exigidas en la vida profesional", aseguró la organización.
Según la OCDE, pese a que Brasil invierte una parte importante de su PIB en educación, los gastos por alumno siguen siendo bajos. El país sudamericano invierte el 5 por ciento de su PIB en educación, superior a la media del 4,5 por ciento de la OCDE.
Pese a ello, Brasil gasta cerca de 3.800 dólares por estudiante en el enseño fundamental y medio, la mitad de lo que gastan de media los países de la entidad. En las instituciones públicas, el gasto es cuatro veces superior: 14.300 dólares por estudiante en Brasil, contra una media de 15.700 dólares por estudiante en la OCDE.