YINCHUAN, 17 sep (Xinhua) -- La distancia entre el extremo sur del desierto de Tengger y la ciudad de Zhongwei, en la región autónoma hui de Ningxia, en el noroeste de China, era en otros tiempos de unos cuantos kilómetros, pero en los últimos años ha ido aumentando.
El Tengger, el cuarto desierto más grande de China, se encuentra principalmente en la región autónoma de Mongolia Interior y se extiende a Ningxia y la provincia de Gansu.
Los residentes de Zhongwei, ciudad próxima a Mongolia Interior y Gansu, han sufrido durante décadas la desertificación y la degradación de la tierra.
Algunos recuerdan que, en la década de 1950, la distancia entre el desierto y la ciudad era de unos cinco kilómetros. La brisa podía traer el polvo y la arena del desierto a los hogares.
La situación ha mejorado significativamente desde entonces. La desertificación está bajo control y las arenas ya no avanzan hacia la ciudad. La distancia a Zhongwei ha crecido a más de 20 kilómetros.
Un proyecto de control de la desertificación del Banco Mundial ha desempeñado un papel importante en la consecución de estos grandes cambios.
El llamado Proyecto Changliushui se inició en 2013, con un préstamo del Banco Mundial de 300 millones de yuanes (unos 44 millones de dólares estadounidenses), a fin de abordar la desertificación y la degradación de la tierra.
"Primero establecimos dameros de paja para detener el movimiento de las dunas de arena. Luego sembramos semillas de hierba y plantamos arbustos. Con el tiempo, convertimos el desierto en un oasis", presumió Tang Ximing, encargado del proyecto.
Lin Xiuxia, residente del pueblo de Heilin de de 45 años, fabrica tramas de paja desde hace más de tres años.
"Es una tarea laboriosa y difícil. Las mujeres generalmente se envuelven la cara y la cabeza con bufandas para protegerse del sol y la arena, mientras que los hombres usan sombreros de paja", dijo Lin.
Lin y otros residentes trabajan unas 12 horas al día en el desierto de marzo a octubre. "A veces necesitamos comer cinco veces al día para tener energía suficiente", asegura.
El trabajo arduo de Lin y sus colegas ha sido recompensado con unos buenos ingresos y la mejora del medio ambiente.
Más de 200 residentes del pueblo se dedican a la fabricación de dameros de paja. No solo trabajan en Zhongwei, sino también en Mongolia Interior, la región autónoma uygur de Xinjiang y la provincia de Shaanxi. Los ingresos medios por persona son de alrededor de 70.000 yuanes anuales.
"Además de controlar la desertificación, el proyecto es efectivo en la lucha contra la pobreza", dijo Tang, que agregó que la iniciativa ha reportado a los residentes locales más de 70 millones de yuanes durante los seis últimos años.
A medida que el proyecto avanza, los dameros de paja colocados en las áreas previstas hace años están ahora cubiertos de plantas frondosas de suelos arenosos.
"Nací y crecí en esta ciudad. El control de la desertificación es vital para sostener el desarrollo. Hemos recibido la asistencia de la sociedad internacional, por lo que debemos trabajar más duro", añadió.
El hombre, de 52 años, inventó una máquina de siembra en el desierto que aumenta la tasa de supervivencia de las semillas y reduce el costo de la mano de obra.
El "modelo de dameros de paja" ha impedido que el desierto inunde la ciudad de arena y ha mejorado el medio ambiente.
La iniciativa tiene el objetivo de tener controladas 23.000 hectáreas de desierto para 2019, de las que ya están neutralizadas más de 20.000.
El Proyecto Changliushui forma parte del proyecto de control de la desertificación y protección ecológica del Banco Mundial en Ningxia, una de las áreas ecológicamente más frágiles del noroeste de China. Esta región tiene problemas por la sequía, el viento y la arena, la pérdida de agua y suelos y la salinización de este último.
Las estadísticas muestran que la superficie de tierra desertificada en la región alcanzó casi tres millones de hectáreas en 2012, lo que representó el 57,2 por ciento del área total de la región.
El Banco Mundial aprobó un préstamo de 80 millones de dólares para ayudar a controlar la desertificación y degradación del suelo en Ningxia. Desde 2013 se han puesto en marcha proyectos que abarcan un área de más de 55.000 hectáreas en las ciudades de Zhongwei, Lingwu, Qingtongxia y Wuzhong, así como el distrito de Yanchi.
"Las áreas ecológicamente frágiles del noreste de China están menos desarrolladas económicamente. Introducir programas de ayuda internacional permite obtener financiación suplementaria para los proyectos autóctonos de mejora ecológica ", indicó Li Zhigang, director del centro de gestión de Ningxia para proyectos de cooperación forestal internacional.
"La importancia del proyecto del Banco Mundial va más allá de los beneficios ecológicos. Ha aumentado también los ingreso de los residentes locales y acelerado el desarrollo social", agregó.