Shenzhen, Guangdong, 23/10/2018 (El Pueblo en Línea) - Cuando la zona económica especial de Shenzhen fue establecida, la ciudad tenía cerca de 300.000 residentes. De ellos, los graduados de secundaria apenas llegaban a 4.000 personas.
40 años después del inicio del proceso de reforma y apertura, en la metrópolis china viven más de 5 millones de trabajadores categorizados oficialmente como talentos de alto nivel, así como 100.000 profesionales chinos retornados del extranjero.
Los expertos consideran que identificar y reclutar técnicos calificados y talento de I+D han jugado-y seguirán jugando-un papel esencial en el éxito de la reforma.
Cheng YiMu llegó a Shenzhen en 1991 para perseguir su sueño después de renunciar a su "Iron Rice Bowl", un término en inglés que se refiere a la seguridad laboral. En aquel entonces, Cheng tenía una buena posición en Beijing que era una autoridad nacional en el sector de las industrias mecánicas y electrónicas.
"Desde finales de los ochenta, muchos de mis colegas se trasladaron a Shenzhen porque creían en su enorme potencial", recuerda Cheng.
Alguien le preguntó si estaba seguro de la transferencia, justo antes de que se sellara su hukou o el registro de residencia. El simplemente respondió: "Hazlo".
Ya en la nueva ciudad, Cheng formó parte del equipo fundador del Mercado de Electrónicos de Huaqiang Norte, uno de los centros electrónicos más reconocidos de China.
La emergente oportunidad fue el resultado de una estrategia local para reclutar talento de nivel nacional para el Silicon Valley de China.
Los mejores profesionales marcharon al sur para tomar riesgos y tratar de hacer fortuna, inyectando la fuerza adicional indispensable para la floreciente industria manufacturera nacional.
"El talento y la reforma se complementan entre sí", considera Hu Gang, profesor de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Jinan.
“La gran cantidad de talento existente proporciona un fuerte impulso a la reforma económica de Shenzhen”, aseguró.
La necesidad de tener los mejores talentos se intensificó hace una década. Las autoridades locales implementaron un abarcador sistema de reclutamiento de talentos de alto nivel, uno de los primeros en funcionar dentro del país. Esta estrategia se ha ido optimizado con el tiempo.
Una serie de políticas preferenciales facilitó la vida a los profesionales, incluyendo apoyo financiero, subsidios a la vivienda, empleo para los cónyuges y educación para los niños.
Como resultado, hasta finales del 2017 se habían incorporado más de 5,1 millones de personas altamente talentosas, en su mayoría graduadas de preuniversitario o superior. Asimismo, el PIB de Shenzhen creció hasta los 2,2 billones de renminbi (317,5 mil millones de dólares estadounidenses), llegando a ser el tercero más alto de China.
“Lo que nos atrajo no fue solamente una política preferencial”, precisa Chen Ning, doctorado en inteligencia artificial.
Él volvió a China desde los Estados Unidos bajo el proyecto Pavo Real, un programa de Shenzhen que comenzó en el 2010 para atraer a los profesionales de ultramar.
Chen afirma que lo que más valora es las facilidades que Shenzhen le proporcionó para probar el prototipo de un sistema de inteligencia visual, producto diseñado por su empresa emergente. Gracias al exitoso proyecto piloto, ya ha sido lanzado en más de 20 ciudades.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)