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Aldeanos de Xinjiang salen de la pobreza bordando cintas de seda

Actualizado a las 25/12/2018 - 08:25
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URUMQI, 24 dic (Xinhua) -- Nassaguri Tokhtkurban es tres cosas a un tiempo: empresaria, estudiante y conferenciante, pero la mayoría la conocen por ser la jefa de una compañía emergente con 68 artesanos cualificados dedicados al bordado de cintas de seda.

Su empresa está en la prefectura de Hotan de la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, uno de los distritos más pobres del país por su clima inhóspito y tierras infértiles. Muchos de sus convecinos tienen que ganarse la vida lejos de casa, pero no es ese el caso de Nassaguri.

Quien pone la comida en la mesa del hogar es ella desde hace 18 años, gracias a sus bordados. Y el año pasado decidió compartir su oficio con vecinos pobres del pueblo.

"El bordado de cintas de seda precisa de una costura exquisita, lo que permite que los productos de calidad se vendan a precios muy agradables", celebra Nassaguri, de 42 años.

El gobierno local ha dado incentivos en los últimos años para que los residentes más ambiciosos abran sus propios negocios. Nassaguri dice que se decidió a abrir su taller sobre todo por los subsidios fiscales y por que le ofrecieron un local y cursos de formación del personal de forma gratuita.

Nassaguri trató de atraer a más compradores combinando técnicas tradicionales con elementos modernos, y creó una serie de productos de uso diario como camisetas, almohadas y mochilas.

El taller recibió pedidos de todo el país por un valor de más de 800.000 yuanes (unos 116.000 dólares) en la VI Exposición China-Eurasia, celebrada en agosto, indica la empresaria.

"Nuestros productos fueron muy populares en la expo", señala, y explica: "A los clientes les impresionaron nuestros diseños excelentes y a la moda".

El duro trabajo de Nassaguri ha dado frutos, así que ahora hay más habitantes del pueblo que tienen una fuente estable de ingresos.

"Cobro unos 1.500 yuanes al mes desde que empecé a trabajar para Nassaguri", apunta Zalinur Doret, uno de los 68 artesanos del taller. "La vida va mejorando", cuenta.

Nassaguri está pensado si ampliar el taller el año que viene, después de participar en un curso de formación sobre administración de empresas impartido por la Universidad Tsinghua, una de las más prestigiosas de China.

"A medida que el negocio crezca, voy a tener que aprender más técnicas de gestión profesional y moderna", avanza.  

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