Beijing, 21/12/2018(El Pueblo en Línea) - El año 2018 marca el 40 aniversario de la reforma y apertura de China. El 18 de diciembre, el Diario del Pueblo publicó un artículo bajo el seudónimo colectivo "Guojiping" donde repasa los logros realizados por China durante los últimos 40 años, resalta la inspiración aportada por el proceso de reforma y señala la dirección del desarrollo futuro.
Este es un resumen del artículo.
Gracias a 40 años de reforma y apertura, China se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo.
Sus notables logros asombran al planeta, convirtiéndolos en el ejemplo más emocionante en la historia del desarrollo humano.
Desde el comienzo de este gran viaje, China se ha adherido firmemente al convencimiento científico que expresa que la paz y el desarrollo son la vía a destacar en estos tiempos.
La reforma y la apertura se benefician de la paz y el desarrollo mundiales, y a su vez promueven la paz y el desarrollo en el mundo.
China promueve y practica los conceptos de seguridad común, integralidad, cooperatividad y sostenibilidad. Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China ha ofrecido el mayor número de fuerzas de paz y propuesto soluciones pacíficas para las cuestiones más candentes que ocurren en varias regiones.
La historia de las últimas cuatro décadas demuestra que el desarrollo de China mejora el poder pacífico y previene las guerras.
China se ha convertido en el mayor comerciante de bienes del mundo, el mayor país emisor de turismo y el mayor destino de exportación para más de 70 países y regiones. Además, es el primer país del mundo en celebrar una exposición internacional, de orientación nacional, dedicada a las importaciones.
Creando constantes oportunidades, China sirve como estabilizador y motor para el crecimiento económico global, especialmente cuando la economía mundial se enfrenta a desafíos y dificultades.
En cuanto a sus relaciones internacionales, China siempre insiste en perfeccionar el multilateralismo en lugar del unilateralismo. Asimismo, promueve el apego a la ley y a la democratización, en lugar de promover la ley de la selva o la política de poder vertical.
Desde el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), China ha estado promoviendo activamente la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, y emitió una serie de iniciativas para beneficiar al mundo, acciones que han proporcionado una nueva visión y modelo para el sistema de relaciones internacionales.
China eligió con total autonomía su camino de desarrollo. Al principio de la apertura del país, Deng Xiaoping, arquitecto jefe de la reforma y apertura, subrayó que la modernización que China busca tiene características chinas. Por lo tanto, China se ha embarcado en un camino único de desarrollo.
Niall Ferguson, investigador principal de Hoover, institución adscrita a la Universidad de Stanford, observó que el desarrollo económico y los logros de China han demostrado que el éxito económico y la estabilidad política pueden garantizarse sin el modelo occidental.
La reforma y la apertura es una carrera para que China aprenda del mundo. Los últimos 40 años han sido un proceso donde China estudió todos los logros de la civilización humana y mejoró constantemente su capacidad de comprender.
En mayo del 2014, Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh, presidente de la Comisión Militar Central del PCCh y presidente de la República Popular China, durante un debate con expertos extranjeros en Shanghai, destacó que China siempre será un gran país que aprende de otros.
Cualquiera que sea la etapa de desarrollo que alcance, de manera humilde China aprenderá de los individuos de otros países, mejorará la tolerancia mutua, el aprendizaje mutuo y la comunicación con otras naciones, manteniendo una actitud más abierta e incluyente para elevar la apertura a nuevos niveles, aseguró el presidente Xi.
Gracias a la modestia y al afán de obtener conocimientos, el antiguo país oriental con miles de años de civilización es el aprendiz más enérgico.
Desde las macronormas, leyes y reglamentos de la OMC hasta la microinnovación tecnológica y la gestión empresarial, China ha abierto su mente en el proceso de reforma y apertura, mejorando su capacidad para aprender de todas las experiencias avanzadas del mundo.
Lo ha dicho el visionario estadounidense John Naisbitt: Como sociedad del aprendizaje, China está dispuesta a poner en práctica todas las teorías y prácticas que ayuden a cumplir sus metas. Esa actitud forma parte de los tesoros más valiosos del país.
Después de 40 años aprendiendo del mundo, China no sólo ha logrado un gran desarrollo, sino que también ha construido un espíritu de apertura e inclusión.
El erudito británico Martin Jacques atribuye el éxito de China, en parte a la capacidad del país para absorber diferentes factores de diferentes lugares, experiencias y tradiciones y luego recombinarlos en un estilo chino único.
Humilde en las relaciones con el mundo, China aspira a ponerse al día y también a contemplar el futuro del mundo. Hoy, el desarrollo tecnológico está haciendo al mundo más pequeño, lo que deviene en contactos cada vez más frecuentes entre las diferentes civilizaciones.
Frente a las diferencias, los países deben aprender los unos de los otros y buscar un terreno común que neutralice las diferencias. Además, deben ser menos arrogantes, prejuiciados y mostrar más respeto y disposición a la inclusividad. No deben depreciarse ni alardear sobre sus logros.
Solamente de esta manera se puede coexistir de manera armoniosa, creando resultados ganar-ganar y ofreciendo más esplendorosos períodos que contribuyan al desarrollo de la civilización humana.
China ha sacado a 700 millones de personas de las garras de la pobreza y ha mejorado el sustento de casi 1,4 mil millones de seres humanos. Esos son los méritos que más citan los extranjeros en relación a los cambios sociales acontecidos en el país.
Naisbitt ha señalado en una investigación sobre la tendencia general de desarrollo de China que la directriz del Partido Comunista de China es trabajar para beneficiar al pueblo chino.Es por ello que la aplicación a largo plazo de esta directriz no se agota en cada término presidencial, como sucede en los países occidentales.
El visionario estadounidense explicó que el pueblo es el agente fundamental en la gran causa de la reforma y la apertura. Por tanto, liberar la energía del pueblo, aumentar su autoestima, alentarlos a desarrollar su creatividad y estimular su sentido de participación son los pilares importantes que apoyan el desarrollo económico y social de China.
De cara al futuro, la reforma y la apertura nunca detendrá sus pasos. Irá más lejos desde un punto de partida más alto y desde un nivel más alto aspirará a metas más altas.