Sala de matadero con piezas Halal, para el consumo musulman, (Llibert Teixidó)
Bruselas, 08/01/2019(El Pueblo en Línea) - Sacrificar animales en Bélgica sin aturdimiento previo es ilegal desde el pasado uno de enero. Con la nueva normativa que acaba de entrar en vigor el país elimina las excepciones religiosas de la regulación europea –las prácticas tradicionales musulmanas (halal) o judías (kosher) en las que los animales están conscientes antes de ser degollados y desangrados– queriendo garantizar de este modo que ningún animal sufra innecesariamente en el matadero, según La Vanguardia.
No es el primer país que ha prohibido los rituales de sacrificio por motivos religiosos –ya lo hizo Suecia, Dinamarca, Eslovenia, Islandia y Noruega–, pero este caso la decisión ha sido especialmente polémica por el gran debate que ha generado, enfrentado a los defensores del bienestar animal con partidarios del derecho de las religiones a conservar sus tradiciones.
Incluso se ha llegado a tejer una inusual alianza entre los representantes musulmanes y judíos del país belga –los últimos han llegado a calificar la decisión como el mayor asalto a la comunidad judía desde la ocupación nazi–. Pero las protestas de los últimos días no han servido para paralizar una ley que busca garantizar, como dice el reglamento europeo, que “la matanza pueda provocar dolor, angustia, miedo u otras formas de sufrimiento a los animales, incluso en las mejores condiciones técnicas disponibles”.
El ritual de sacrificio musulmán implica un corte seco al cuello del animal mirando hacia La Meca mientras se invoca a Alá y se espera que se desangren por completo lo más rápido posible. El judío, con algunas variaciones, también implica un corte profundo y uniforme en la garganta con un cuchillo afilado. En ambos métodos, uno de los requisitos (que comparten ambas religiones) es el de que el animal esté en perfecto estado de salud antes del sacrificio.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció el pasado mayo que la obligación de aturdir al animal antes de ser sacrificado no va contra la libertad de religión y es legítimo para su protección. Sin embargo, ambas comunidades religiosas –se estima que en Bélgica, un país de 11 millones de habitantes, viven más de 500.000 musulmanes y 30.000 judíos– niegan que el dolor experimentado por los animales sea mayor al practicarles la incisión ritual en plenas facultades.