BEIJING, 19 feb (Xinhua) -- Venezuela rechazó el discurso intervencionista y "de estilo nazi" pronunciado el lunes en Miami por el presidente de EEUU, Donald Trump, y recibió el apoyo de países que llaman a evitar una acción bélica y a buscar una solución a la crisis a través de negociaciones.
En una reunión el lunes con la comunidad científica de su país, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que Trump pronunció "un discurso de estilo nazi" con el objeto de imponer un pensamiento único.
Condenó además que el líder estadounidense esté "dando órdenes desde Miami" a la fuerza armada de Venezuela y afirmó que los militares de su país responderán con "moral", "unión" y "verdad".
El mandatario respondía así a las palabras de Trump ante la comunidad venezolana en Miami, donde volvió a decir que su país busca "una transición pacífica del poder, pero todas las opciones están abiertas", al tiempo que conminó a los militares venezolanos a retirar su apoyo a Maduro.
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela advirtió de que cualquier perturbación de la paz en Venezuela "será responsabilidad del Gobierno supremacista de Estados Unidos y su presidente".
Resaltó que Trump ha vuelto a amenazar a Venezuela con una agresión militar, en una clara violación a los principios establecidos en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas" y condenó que haya reiterado que "todas las opciones siguen sobre la mesa, lo cual incluye la posibilidad de una opción militar".
Sobre el riesgo de una intervención militar estadounidense, alertó también el canciller cubano, Bruno Rodríguez, que calificó el discurso de Trump de ofensivo e insistió en el llamamiento de su país a la comunidad internacional a "expresar de manera pública una postura contra el empleo de la fuerza militar estadounidense en Sudamérica".
La solución negociada y dentro de Venezuela ha sido apoyada en reiteradas ocasiones por multitud de países que han mostrado además su rechazo frontal a una intervención militar estadounidense.
Precisamente el mismo día en que Trump volvía a insinuar la posibilidad de una agresión militar contra Venezuela, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, apostaba de nuevo por una salida negociada.
En concreto, el dirigente anunció que el Mecanismo de Montevideo, propuesto por Uruguay, México y la Comunidad del Caribe (Caricom), y que aboga por el diálogo sin condiciones, está trabajando para enviar tres personalidades de prestigio internacional a Venezuela en busca de "una salida en paz".
Explicó además que el mecanismo y el Grupo Internacional de Contacto (GIC), compuesto por países europeos y latinoamericanos, son dos instancias complementarias que trabajan con ese fin, aunque el segundo pide elecciones inmediatas en Venezuela.
También el lunes, el nuevo embajador de México ante las Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente, reiteró, al presentar sus cartas credenciales al secretario general de la organización, António Guterres, que México apuesta por el diálogo para solventar la crisis venezolana.
"Independientemente de lo que diga Donald Trump, la posición de México no va a variar respecto a Venezuela, que es la de dejar la puerta abierta al diálogo, que no puede descartarse en ninguna situación", dijo en declaraciones a la prensa.
En otras declaraciones de los últimos días, el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Néstor Popolizio, manifestó que el Gobierno peruano y el Grupo de Lima se oponen a una intervención militar en Venezuela.
El Grupo de Lima es una instancia multilateral creada en la capital peruana el 8 de agosto del año 2017, con la finalidad de conseguir una salida pacífica a la situación que atraviesa Venezuela, e integrada por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana, Santa Lucía y México.
Por su parte, el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, aseguró que su país trabaja para que Venezuela alcance una "salida negociada" a la crisis y no está dispuesto "a contribuir a aumentar la polarización de las posiciones, con el riesgo gravísimo de un enfrentamiento civil y militar e incluso con intervención extranjera".
También el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha mostrado su repudio al intervencionismo militar que promueve Estados Unidos contra Venezuela. En un mensaje reciente publicado en su cuenta de Twitter criticó a "aquellos países que apoyan la injerencia en Latinoamérica y reconocen a un interlocutor que acepta una intervención militar de Estados Unidos en su propio país".
Venezuela vive sumida en una crisis política desde que, el pasado 23 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamase presidente "encargado" del país, obteniendo casi de forma inmediata el reconocimiento de Estados Unidos.