RIO DE JANEIRO, 7 mar (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, defendió hoy la reforma de la seguridad social y de las pensiones enviada al Congreso por su gobierno y dijo que es prioritaria para equilibrar las maltrechas cuentas públicas del país.
"Los avances que Brasil necesita dependen de la aprobación de la nueva seguridad social. Es a partir de ella que el país tendrá condiciones para estabilizar las cuentas, potenciar las inversiones, viabilizar una rígida reforma tributaria y reducir todavía más la máquina pública, reduciendo nuestras (empresas) estatales", afirmó Bolsonaro.
El gobierno brasileño entregó el pasado 20 de febrero al Congreso su propuesta de reforma de la seguridad social, que prevé reglas más rigurosas para la jubilación. Desde entonces, Bolsonaro no había vuelto a referirse al tema.
Para el mandatario brasileño, "nuestro equipo económico elaboró un modelo de reforma que sigue los patrones mundiales, que combate privilegios como la jubilación especial para políticos, que cobra menos de los más pobres, y que incluirá todas las personas, incluso los militares", comentó.
Bolsonaro defendió que el Congreso es soberano para realizar posibles cambios en la propuesta de reforma presentada por el gobierno, siempre que no sea "deshidratada".
"Pretendemos aprobar esta reforma que está ahí. Si bien el parlamento es soberano para hacer cualquier posible alteración, esperamos que no sea muy deshidratada para que alcance realmente su objetivo y sobren recursos para que invirtamos más en empleo, seguridad, salud y educación. Es esto lo que pretendemos con la nueva reforma de la seguridad social", agregó el presidente de Brasil.
Según un informe elaborado por la Secretaría de Política Económica, la economía brasileña podría entrar en recesión nuevamente en 2020 en caso de que la reforma de pensiones no sea aprobada por el Congreso este año.
Si la reforma no es aprobada, la economía crecería este año un 0,8 por ciento, muy por debajo de la previsión actual de los analistas, cercana al 2,4 por ciento. El año que viene, el crecimiento se reduciría para 0,3 por ciento, deslizándose para el terreno negativo hacia la segunda mitad del año, donde permanecería hasta 2023.