Por Yan Yilong
Beijing, 26/03/2019(El Pueblo en Línea) - Desde que se propuso hace ya cinco años, la iniciativa china de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) ha disfrutado de un enérgico desarrollo y ha verificado notables logros, ganando una alta reputación dentro de la comunidad internacional y ampliando su “círculo de amigos”.
Más y más países desarrollados del mundo occidental han expresado su interés en la BRI, Italia incluida.
Durante su visita de estado a Italia, el presidente chino Xi Jinping, mantuvo el 22 de marzo en Roma conversaciones con su homólogo italiano Sergio Mattarella. La BRI fue un tema clave del diálogo entre los dos jefes de Estado.
El presidente Xi alentó a crear aspectos destacados en la cooperación bilateral, construir conjuntamente la BRI y promover sinergia en sus estrategias de desarrollo y en la planificación de la cooperación pragmática.
“Italia apoya la iniciativa del presidente Xi sobre la construcción conjunta de la BRI, y considera que será propicia para la conectividad eurasiática y el desarrollo común, así como para revivir la antigua Ruta de la Seda en los tiempos modernos”, afirmó Mattarella, definiendo a la BRI como un camino de intercambio cultural. Ésta es la más reciente declaración hecha por un líder italiano sobre la construcción conjunta de la BRI.
Toma tiempo asumir nuevas disposiciones, y durante el proceso se irán abandonando los prejuicios.
Algunas personas en la comunidad occidental han interpretado la BRI bajo la filosofía geopolítica tradicional, afirmando que es una herramienta para la expansión geopolítica. Sin embargo, esa interpretación es un total malentendido. De hecho, la BRI es una gran propuesta que tiene como objetivo aportar nuevas oportunidades de desarrollo al mundo, especialmente a los países más destacados.
La BRI promueve, a diferentes niveles, el desarrollo de los diversos países implicados.
Mediante la optimización de la distribución industrial, la construcción de parques industriales y la construcción de puertos, la BRI potencia el efecto fusión en el desarrollo económico local.
Por otra parte, la BRI promueve la construcción de infraestructura a gran escala, reforzando la conectividad de ferrocarriles, carreteras, vías navegables, aerolíneas, grandes redes y autopistas de información, reduciendo las brechas económicas.
En su intento por impulsar el potente flujo de productos básicos, personal, información y capital, la BRI también reduce el costo de las actividades económicas transnacionales a través de la coordinación de políticas, la integración financiera y el comercio sin trabas.
Reúne las “perlas” dispersas para incidir hacia adelante dentro de una tendencia de desarrollo común, estableciendo el marco BRI en seis grandes corredores económicos que abarcan Eurasia.
La BRI también presenta un nuevo modelo para el desarrollo común dentro de una propuesta de globalización económica más equilibrada.
Desde el inicio de la aplicación de la iniciativa, se han llevado a cabo un gran número de importantes proyectos de cooperación que han suplido la falta de inversiones en los países en desarrollo y promovido el crecimiento económico.
En lugar de una “trampa de deuda”, la BRI es una oportuna asistencia.
Además, también mejora la capacidad de desarrollo independiente de los países al ayudarles a construir infraestructura en sus territorios, a desarrollar industrias y verificar capacitaciones, creando la oportunidad para un mejor desempeño en la división global del trabajo, optimizando las cadenas industriales y de suministro mundiales.
La BRI ha creado un nuevo modelo para la coordinación internacional, convirtiendo la competencia estratégica en cooperación estratégica.
Asimismo, ha logrado alcanzar una alineación con las estrategias de muchos países, como la Unión Económica Eurasiática de Rusia y las naciones que la conforman, el Plan Juncker de la Unión Europea y la Visión Marítimo Global Fulcrum de Indonesia.
En lugar de actuar en contra de ellas, la BRI es su complementaria. En este sentido, la BRI ofrece nuevas dinámicas para estas naciones.
Mediante la conformación de un nuevo tipo de intercambios internacionales, la BRI promueve un orden político más justo. En lugar de exportar el “modo chino”, ofrece “modelos chinos”.
Aunque la iniciativa es propuesta por China, siempre se avanza sobre la base de una extensa consulta, contribución conjunta y beneficios compartidos de todos los participantes. Al generar socios estratégicos y no alianzas, la BRI amplía continuamente su “círculo de amigos” y no alienta los bloques excluyentes.
La BRI, como una nueva práctica, refleja la mentalidad contemporánea del geo-desarrollo. De acuerdo a la filosofía geopolítica tradicional, los poderes fuertes siempre siguen el trillado camino de buscar la hegemonía, socavándose o excluyéndose los unos a los otros. Esta realidad generó las dos guerras mundiales del siglo XX.
Sin embargo, y con el objetivo de ampliar el caldo de cultivo de intereses comunes, la filosofía del nuevo geo-desarrollo enfatiza el bien común y la complementariedad mutua. Está visión está destinada a promover la prosperidad global en el siglo XXI.
La BRI es la mayor iniciativa de geo-desarrollo de principios del siglo XXI. Como práctica para construir un futuro común para la humanidad, es el mejor regalo de China para la comunidad internacional, y también la mayor oportunidad que China proporciona. Si no se aprecia de esta forma, se perderá una gran oportunidad.
El autor es profesor asistente en la Escuela de Administración Pública y director adjunto del Instituto de Estudios Contemporáneos de China de la Universidad de Tsinghua.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)