MADRID, 15 abr (Xinhua) -- El Real Madrid empató este lunes con el Leganés (1:1) en el partido que cerraba la jornada de LaLiga y continuó con la tendencia mediocre que arrastra durante todo el campeonato, que ni siquiera el regreso de Zidane al banquillo blanco ha podido cambiar.
Bien es cierto que el Madrid disputa ya sus partidos con la relajación del que sabe que no se juega nada y que Zidane está utilizando estos encuentros para probar jugadores de cara a la temporada que viene, pero el juego del equipo blanco es plano en ataque y endeble en defensa.
De hecho, el técnico francés dejó en el banquillo a antiguos habituales como Gareth Bale y Lucas Vázquez y dio minutos a poco habituales, como Fede Valverde, devorado en el centro del campo por sus rivales.
Porque si encima enfrente se encuentra el correoso Leganés que ha convertido su estadio, Butarque, en una fortaleza, se podía prever que el conjunto blanco no iba a pasar una tarde plácida.
El encuentro arrancó con las acometidas de los locales, comandados por Rubén Pérez desde la medular y amenazantes con el danés Braithwhaite a la espalda de la defensa madridista, que echó de menos al lesionado Sergio Ramos.
Cuando mediaba la primera parte, el propio Braithwhaite estuvo cerca de batir a Keylor Navas con un cabezazo, pero su remate se fue desviado.
Sí encontró la red madridista un buen disparo al filo del descanso de Jonathan Silva, una de las revelaciones de LaLiga esta temporada, que con la zurda colocó el 1:0 y revivió las pesadillas recurrentes que el Real Madrid padece este año.
Carente de imaginación, ritmo, solidez defensiva y contundencia ofensiva, al menos los blancos sí tuvieron el corazón suficiente para salir del entretiempo con energías renovadas.
Así, Karim Benzema se consolidó como líder indiscutible del Madrid esta temporada al anotar su decimoctavo gol en LaLiga en el minuto 50 y demostró que es capaz de tirar del carro en los proyectos futuros del club blanco.
El gol no amilanó a ninguno de los dos conjuntos: el Leganés continuó apretando gracias al empuje de su afición y los de Zidane se rebelaron contra su mala dinámica, pero ninguno de los dos logró doblegar al otro.
Bale entró a falta de diez minutos, quién sabe si porque el futuro del futbolista galés está lejos de la capital española, pero ni siquiera logró crear peligro.
Quizá el que más cerca estuvo de llevarse los tres puntos fue el Leganés, que vio cómo el árbitro anulaba correctamente por fuera de juego un gol a En-Nesyri a ocho minutos para la conclusión.
Al final, reparto de puntos para un Madrid que realmente hace tiempo que no lucha por nada, pero que aún así pierde comba con el Atlético de Madrid en la pugna por un segundo puesto que ahora ve a cuatro puntos.
Por su parte, el Leganés sumó en su estadio, donde esta temporada no ha ganado ninguno de los cuatro primeros clasificados del año pasado, un punto lleno de mérito y orgullo que le sirve para considerarse virtualmente salvado a seis jornadas del final del campeonato gracias a su solidez y buen juego.