BUENOS AIRES, 10 dic (Xinhua) -- El político y abogado Alberto Fernández asumió hoy la Presidencia de Argentina en una ceremonia celebrada en el reciento del Congreso, desde donde convocó a la "unidad" nacional y a reactivar una economía que se encuentra "en estado de fragilidad" para poner "de pie" al país.
Fernández, quien gobernará hasta el 10 de diciembre de 2023, afirmó en su discurso ante la Asamblea Legislativa después de jurar como presidente que propondrá renegociar la deuda externa del país, estimada en un 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
"Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato de ciudadanía social. Un contrato social que sea fraterno y solidario. En esta emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos, para después poder llegar a todos", dijo.
Fernández, de 60 años, sucede en el cargo a Mauricio Macri, a quien superó en las elecciones generales del 27 de octubre pasado.
"Los vengo a convocar, sin distinciones, a poner a la Argentina de pie. Para que comience a caminar. Paso tras paso. Con dignidad. Rumbo al desarrollo con justicia social", subrayó.
El mandatario agregó que "para poner a Argentina de pie el proyecto debe ser propio e implementado por nosotros, no dictado por nadie de afuera con recetas que siempre han fracasado".
"En los próximos días estaremos convocando a los trabajadores, a los empresarios y las diversas expresiones sociales para la puesta en marcha de un conjunto de acuerdos básicos de solidaridad en la emergencia, que constituyan el cimiento sólido a partir del cual se vuelvan a encender los motores de nuestra economía", dijo.
Fernández asume la presidencia en un difícil contexto económico. La economía de Argentina, la tercera de América Latina después de Brasil y México, cerrará este año con una contracción de 3,1 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional.
El país registra además una alta inflación que acumuló un 42,2 por ciento entre enero y octubre, una tasa de desempleo de 10,6 por ciento y un índice de pobreza que afecta al 35,4 por ciento de la población.
"Sin pan la vida sólo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad. Por eso la primera reunión oficial de nuestro gobierno consistirá en un encuentro de trabajo sobre esta prioridad, el Plan Integral Argentina Contra el Hambre", indicó.
Fernández anunció la implementación de un plan de créditos no bancarios de bajo interés, medidas para impulsar el empleo joven y un plan para reactivar la obra pública, además de proyectos para incluir a sectores de la economía popular, el cooperativismo y la agricultura familiar.
"Tenemos que decirlo con todas las letras: la economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas", dijo el flamante jefe de Estado en alusión a las políticas "neoliberales" del gobierno saliente.
Fernández afirmó en su discurso que Argentina "tiene la voluntad de pagar" su deuda externa, pero "carece de capacidad" para hacerlo.
"La deuda externa en relación al PIB (Producto Interno Bruto) está en su peor momento desde el año 2004", dijo.
Según estimaciones de analistas, la deuda externa de Argentina equivale al 70 por ciento del PIB nacional.
"La nación está endeudada, con un manto de inestabilidad que desecha cualquier posibilidad de desarrollo y que deja al país rehén de los mercados financieros internacionales", expuso.
Dijo que Argentina necesita "aliviar la carga de la deuda para poder cambiar la realidad. Debemos volver a desarrollar una economía productiva, que nos permita exportar y así generar capacidad de pago".
"Quiero que todos comprendamos que el gobierno que acaba de terminar su mandato ha dejado al país en una situación de virtual default (cesación de pagos)", aseveró.
El mandatario argentino dijo que encararán el problema de la deuda externa, destacando que "no hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar hay que crecer".
Anticipó que su administración buscará una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con los acreedores.
"Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo", consideró.
En horas de la tarde, el presidente argentino saludó en la Casa de Gobierno a las delegaciones extranjeras que asistieron a la ceremonia de asunción y tomó juramento al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y a los 20 ministros que lo acompañarán en la gestión.
Entrada la noche, Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, saludaron desde los balcones de la Casa de Gobierno a la multitud de adherentes que llegó hasta la emblemática Plaza de Mayo para celebrar el inicio de su gobierno.