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Beijing, 27/04/2020 (El Pueblo en Línea) - Varios políticos estadounidenses han señalado repetidamente con el dedo a China desde el brote de COVID-19 en todo el mundo. El secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo, es uno de los que más han hablado y sigue aprovechando todas las oportunidades para difamar a China sobre la pandemia de COVID-19.
Sin tener en cuenta los hechos, Pompeo criticó a China por ocultar información sobre COVID-19, acusó al país de crear el virus y también acusó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de estar "centrada en China".
Una mirada más cercana a la información sobre COVID-19 publicada por China, EE.UU, la OMS, así como otros países y regiones muestra que el gobierno chino compartió información lo antes posible con la OMS y otros países, incluido EE.UU, desde el inicio de la pandemia. Del 3 de enero al 3 de febrero, China notificó a EE.UU sobre la enfermedad y sus medidas de control un total de 30 veces, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Pompeo puede acusar a China de proporcionar información falsa, pero no puede decir que China no notificó a Estados Unidos lo antes posible. Si EE.UU cree que la información de China no es verdadera, debería presentar evidencias de la "imagen real" de la situación epidémica de China, así como los registros originales del informe de China a EE.UU en ese momento, para probar su reclamo.
Pero la pregunta es: ¿Pompeo tiene la "imagen real" de la situación epidémica de China?
Si bien Pompeo culpa a China por publicar información "falsa" sobre COVID-19, no ha sabido especificar qué tipo de información falsa se estaba difundiendo.
Pompeo tiene derecho a no creer la información proporcionada por el gobierno chino, pero no puede basar sus acusaciones en sus suposiciones personales. También tiene el derecho de asumir que China creó el nuevo coronavirus, pero hasta que esto se pruebe, es solo una suposición.
Sus observaciones infundadas e irresponsables de que el virus se originó en China van totalmente en contra de la ciencia. Buscar el origen del virus es un problema grave que requiere una encuesta basada en la ciencia. Las acusaciones desenfrenadas de Pompeo, que carecen de evidencia creíble, solo han dañado la reputación internacional de su país.
La Casa Blanca incluso anunció que suspendería los fondos para la OMS justo cuando el mundo se encuentra en un punto crítico en la lucha contra la pandemia, e incluso amenazó con congelar los futuros fondos de Estados Unidos para la organización.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió unidad en la pandemia en una declaración reciente. Los comentarios de Pompeo que manchan a China están realmente fuera de tono con este fondo de solidaridad. Como jefe diplomático de Estados Unidos, es su deber fortalecer la cooperación internacional antipandémica, en lugar de estigmatizar a otros países y echarles la culpa.
(Web editor: 吴思萱, 赵健)