Disfrutando el Festival de la Primavera en una recuperada Wuhan

Pueblo en Línea  2021:02:19.14:23

Extranjeros residentes y locales celebran el Festival de la Primavera en la recuperada ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei. (Foto: Xinhua)

Por Yue Wenwan, Dan Wei y Cao Pengyuan

Wuhan, 19/02/2021 (El Pueblo en Línea) -El médico francés Philippe Klein, de 57 años, ha trabajado durante siete años en Wuhan, capital de la provincia de Hubei. Sin embargo, este año por primera vez celebró el Festival de Primavera en la ciudad.

Klein antes sentía que tenía poca conexión con los lugareños, pero ese sentimiento cambió.

"Tal vez debido a la pandemia, ahora me siento más cerca de la gente de Wuhan", asegura el galeno.

Durante una cena familiar en Wuhan, el doctor Klein propuso un brindis por el año nuevo chino. Sus invitadas fueron Sara Platto, profesora italiana de comportamiento y bienestar animal de la Universidad de Jianghan, con su hijo Matteo y el bloguero y empresario israelí Raz Galor, entre otros amigos. Mientras hacían los preparativos para celebrar el inicio del Año del Buey, ellos tuvieron la oportunidad de experimentar la reavivada alegría en la ciudad que una vez fue el epicentro global del COVID-19.

En busca de ropa nueva, la profesora Platto y su hijo Matteo pasearon por la calle Hanjie, adornada con faroles rojos y banderas chinas.

Mientras tanto, Klein condujo hasta un supermercado para adquirir botellas de vino. Estuvo acompañado por Zhong Weiwei, residente de Wuhan y trabajador de la construcción que ayudó a construir el hospital temporal Leishenshan.

Dentro del supermercado se escuchaban canciones festivas y se ofrecían una gran variedad de productos con descuento. Después de comprobar sus códigos de salud y temperaturas, Klein y Zhong compraron vino y licor chino.

La profesora italiana Sara Platto y el repartidor Peng Zilong, en Wuhan. (Foto: Xinhua)

Haciendo fila en el supermercado, Klein y Zhong recordaron lo duro que fue el Festival de la Primavera del año pasado, cuando la ciudad estaba en cuarentena y se luchaba por frenar la transmisión del nuevo coronavirus.

A pesar de la incertidumbre y el miedo, el médico francés se negó a abandonar Wuhan. Su familia voló de regreso a Francia y se quedó solo en China.

"Soy médico. Es mi deber ayudar a la gente", afirmó.

En el momento más álgido del brote en Wuhan, el doctor Klein recibió un permiso que le permitió moverse libremente por la ciudad para tratar a los pacientes en sus hogares.

"Fue inolvidable. Recuerdo que no había nada más en las carreteras que nuestra ambulancia".

Por su parte, su amigo Zhong también permaneció en la ciudad y regresó a su casa natal para la reunión familiar anual del 2020. En su lugar, decidió unirse a la construcción de los hospitales temporales de Leishenshan y Huoshenshan.

"En vísperas del advenimiento del año nuevo lunar del 2020, todo lo que hice fue sorber un tazón de fideos instantáneos y regresar rápido al trabajo", recuerda Zhong, y agrega que durante varias semanas apenas durmió tres horas diarias, e incluso menos.

"La sensación de que nuestro país estaba en peligro, junto a la determinación de construir los hospitales, me alimentaron y alentaron", afirmó.

Más de 40.000 trabajadores de la construcción, incluido Zhong, en solo dos semanas lograron terminar los hospitales temporales, habilitando 2.500 camas para pacientes con COVID-19 en estado crítico o grave.

Klein considera que Zhong es un verdadero héroe. “Era muy importante construir este tipo de hospitales en la pandemia, y lo hicieron muy rápidamente. Creo que el mundo nunca olvidará esa hazaña."

Gracias a la introducción de una serie de medidas rápidas y eficaces, desde el 18 de mayo en Wuhan no se han notificado nuevos casos de COVID-19 de transmisión local.

En los hogares de Wuhan se volvió a sentir el inconfundible sonido de las fichas del mahjong, la risa de los niños y el tentador aroma de las delicias locales, hallazgos que siempre engalanan el Festival de la Primavera.