(Xinhua/Wang Yuguo)
Por Raúl Menchaca
TOKIO, 2 ago (Xinhua) -- El cubano Mijaín López aseguró un puesto en la historia deportiva al ganar hoy lunes en los Juegos Olímpicos de Tokio su cuarta medalla de oro consecutiva en lucha grecorromana, convirtiéndose en el gladiador olímpico más laureado.
López, alto y fornido a punto de cumplir de 39 años, alcanzó en la capital nipona el título en la división de los 130 kilogramos, sin conceder ni un punto a sus rivales, tal y como hizo en los Juegos de Río de Janeiro 2016, lo que habla de su alta maestría deportiva.
"Yo solamente estoy cumpliendo con mi trabajo y haciendo lo que me enseñaron mis antecesores", dijo con una sonrisa, mientras arropado con la bandera cubana conversaba con periodistas cubanos.
El atleta dedicó su triunfo a Cuba, a la Revolución y a Fidel Castro, sin cuya visión de desarrollar el movimiento deportivo no estuvieran aquí hoy en día.
Acerca de su futuro deportivo señaló que debe tomar un tiempo para descansar y pensarlo, pero que se siente bien a sus 29 años de carrera deportiva, cuando parece no tener rivales de consideración en el futuro inmediato.
Para preservarlo y que llegara en forma óptima a Tokio, sus entrenadores le diseñaron un plan especial en el que compite solo una vez al año, por lo que en este ciclo olímpico no pisó los colchones de manera oficial desde los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Nacido en agosto de 1982 en el poblado de Herradura, a unos 115 kilómetros al oeste de La Habana, en la occidental provincia de Pinar del Río, es graduado de la licenciatura de cultura física y deportes por la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo de La Habana.
En sus inicios practicó béisbol, deporte que es la pasión en Cuba, y después intentó con el boxeo, disciplina que practicaron sus dos hermanos mayores, pero confesó que el ring nunca le llamó la atención.
"Sergio Soto, un entrenador, me vio en Herradura y me dijo que tenía condiciones para ser un buen luchador y desde que empecé sentí que ahí iba a hacer mi carrera", confesó a la prensa cubana.
Con solamente 10 años llegó a la lucha grecorromana y alcanzó la gloria a nivel internacional tras ingresar a la selección nacional con apenas 17 años.
Su primera participación en Juegos Olímpicos fue en Atenas 2004, donde ocupó un quinto lugar, pero cuatro años después se desquitó al coronarse en Beijing 2008, actuación que repitió en Londres 2012, resultados que le valieron recibir el Botón de Oro que otorga el Comité Olímpico Internacional, antes de volver a triunfar en Río de Janeiro 2016.
El gladiador caribeño, de 1,98 metros de estatura y 130 kilogramos de peso, ostenta también cinco títulos mundiales que conquistó en las citas de Budapest 2005, Bakú 2007, Herning 2009, San Petersburgo 2010 y Tashkent 2014, además de los subtítulos en Estambul 2011 y Las Vegas 2015.
Con una formidable potencia física y técnica e inusual velocidad para un luchador de peso pesado, el campeón cubano se benefició con la aparición en 2013 de la división de los 130 kilogramos, pues antes competía en los 120 y tenía serios problemas con el peso, lo que le exigía grandes sacrificios en la dieta.
En la actualidad entrena a diario en La Habana, pero cada fin de semana viaja a Herradura, donde viven sus padres, y quienes lo conocen más íntimamente dicen que es un hombre muy familiar, tranquilo y de risa fácil.
López ha sido el abanderado de la delegación cubana en los últimos cuatro Juegos Olímpicos, responsabilidad que exhibe con orgullo al decir "yo siempre estoy donde está la bandera".