Zhong Nanshan pronuncia un discurso en la XX Conferencia del Consejo Científico de Asia celebrada en Guangzhou, provincia de Guangdong, 13 de mayo del 2021. (Foto: Chen Jimin/Servicio de Noticias de China)
Por Wang Xiaoyu
Ya se cumplió un año del momento en que Zhong Nanshan, destacado experto chino en enfermedades respiratorias, recibió la Medalla de la República, el más alto honor del país para aquellos que han hecho grandes contribuciones a la construcción y el desarrollo de la República Popular china.
Zhong Nanshan fue condecorado por su destacada contribución a la lucha contra la epidemia de COVID-19.
En la ceremonia de premiación efectuada en Beijing el 8 de septiembre del año pasado, Zhong pidió a los trabajadores de la salud que no bajaran la vigilancia contra el nuevo coronavirus e instó a la comunidad internacional a intensificar la cooperación en el control de enfermedades y la investigación científica.
"A pesar de que nuestra lucha contra el virus ha logrado un éxito inicial, no debemos relajarnos y debemos mantener la prudencia de siempre", afirmó.
En ese momento, China había frenado la primera ola -que golpeó Wuhan, provincia de Hubei- y que fue la más dura, extendiéndose desde finales de diciembre hasta principios de abril, así como varios brotes locales esporádicos. Pero la situación mundial seguía siendo complicada y no había vacuna disponible.
"Nos uniremos a los trabajadores médicos nacionales e internacionales para superar las dificultades y rastrear los orígenes del virus, cortar la transmisión, crear kits de diagnóstico rápido y nuevos medicamentos, y esforzarnos por lograr avances en la salvación de casos graves y el desarrollo de vacunas", agregó Zhong.
En el último año, Zhong ha cumplido con esas promesas. Con su franqueza y calma de siempre ha explicado las políticas de control de enfermedades y abordado las principales preocupaciones de la sociedad con respecto al nuevo coronavirus. Acercándose a sus 85 años, no muestra signos de cansancio.
Zhong reside en Guangzhou, provincia de Guangdong, donde dirige el Centro Nacional de Investigación Clínica para Enfermedades Respiratorias y enseña en la Universidad Médica de Guangzhou.
La provincia fue la primera en China en lidiar con la cepa Delta altamente transmisible, con infecciones locales verificadas a finales de mayo.
"Los pacientes que contraen la cepa Delta llevan una carga viral muy alta y, por lo tanto, son más infecciosos. Por lo tanto, sus contactos cercanos debían definirse como aquellas personas que habían coincidido en el mismo lugar o inmueble dentro de los cuatro días previos a que el paciente comenzara a mostrar síntomas", explicó Zhong durante una entrevista.
Debido a que la ciudad recibe un gran número de viajeros internacionales, Zhong agregó que Guangzhou establecería un nuevo hotel de cuarentena con 5.000 habitaciones para los viajeros internacionales que llegan a la ciudad con el fin de detener el riesgo de infecciones cruzadas en los hoteles regulares utilizados para el aislamiento. Este mes entrará en funcionamiento.
Cuando surgieron preguntas y dudas sobre las vacunas domésticas, Zhong también dio un paso adelante para ofrecer estadísticas.
"La tasa de eficacia de las vacunas chinas es de alrededor del 70 por ciento, y necesitamos vacunar a más del 80 por ciento de la población total para intentar establecer la inmunidad del rebaño contra la enfermedad", explicó. "Tanto los resultados de las pruebas de laboratorio como los estudios de campo han demostrado que las vacunas chinas son efectivas contra la cepa Delta. Estoy enviando un mensaje muy claro: debemos vacunarnos".
Zhong también es miembro del Panel Independiente para la Preparación y Respuesta a Pandemias. El panel, compuesto por 13 expertos internacionales, fue convocado por la Organización Mundial de la Salud en julio del año pasado para revisar la respuesta mundial al COVID-19 y presentar sugerencias para contener el virus.
Después de que el panel publicara un informe en mayo, Zhong precisó que todos los expertos del panel habían trabajado en estrecha colaboración a través de un gran número de reuniones en línea, entrevistas, revisiones en papel y otros esfuerzos en investigación.
"El virus, un enemigo común de la humanidad, todavía está haciendo estragos en muchos países", resaltó. "Debemos construir una institución mundial de alto nivel que lidere el trabajo contra la pandemia, proporcionar fondos suficientes para combatir el virus, formular planes para promover la igualdad de acceso a las vacunas y otorgar mayor autoridad a la OMS. Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo".
Además de su gran experiencia y sinceras palabras, que también quedaron demostradas cuando dirigió la respuesta de China al brote del síndrome respiratorio agudo severo en 2003, Zhong también es ampliamente conocido por su capacidad para evitar los efectos del envejecimiento.
Las fotos de Zhong levantando mancuernas o corriendo en una cinta se han popularizado en las redes chinas, generando admiración y respeto por su disciplina para mantenerse en óptima forma física.
Sin embargo, Zhong admitió que había "envejecido mucho" durante el último año. "Hay mucho trabajo por hacer, y me siento sobrecargado", destacó. Desde administrar el Centro Nacional de Investigación de Vías Respiratorias hasta participar en reuniones internacionales, Zhong reconoce que algunas tareas requiere que "se devane los sesos".
"Pero he encontrado consuelo y felicidad en mi trabajo", confiesa.
Zhong recuerda que saca fuerza y confianza del hecho de que el desarrollo de vacunas de China está a la par con los países líderes del mundo y sus vacunas han resistido las rigurosas pruebas de expertos internacionales.
Otra lección importante que Zhong ha aprendido de la epidemia es aplicar el método de detección y diagnóstico temprano dentro de su área de especialización.
"Si podemos adoptar este principio en el tratamiento del cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias, China podría ser líder mundial en el futuro", exclamó. "Ese es mi gran objetivo".
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)