China se está ocupando bien del cuidado geriátrico
Estudiantes aprenden a tocar instrumentos musicales tradicionales chinos en una escuela para ancianos en Nantangbang Road en Shanghai. (Foto: Gao Erqiang/ China Daily)
Por Xin Wen
Jia Jun, de 61 años, nació y creció en una casa ubicada en un hutong (callejón tradicional chino) de Beijing, cerca del puente Hufang en el distrito Xicheng, donde su madre ha vivido durante más de 80 años.
En 1997, su madre, que entonces tenía 68 años, de repente comenzó a vomitar y luego se desmayó. Un vecino la llevó al hospital. Después de un examen, le diagnosticaron hemorragia cerebral, que la dejó en coma durante cuatro días.
Varios años después, la madre de Jia tuvo un derrame cerebral en casa. Jia, que estaba allí en ese momento, la llevó al hospital en silla de ruedas.
"Mi madre tiene ahora 93 años. En los últimos 20 años, ha sido hospitalizada cuatro veces debido a diferentes problemas médicos", destaca Jia.
"La había estado llevando a ver a un médico regularmente, pero cuando tenía más de 80 años, le diagnosticaron enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Desde entonces, he tenido miedo de llevarla al hospital cuando hace mucho calor o frío en Beijing para que su condición no empeore".
Jia, quien se retiró como trabajadora fabril con 41 años para dedicarse a cuidar a su madre, encontró trabajo en un restaurante que le queda a cinco minutos de casa.
"Ahora, si mi mamá me llama, puedo ir a casa rápidamente para atenderla", asegura.
Hace cuatro años, después de ser diagnosticada con diabetes, a su madre le recetaron medicamentos para tratar la hipoglucemia. Ahora tiene al menos cinco enfermedades crónicas y toma una docena de pastillas después de cada comida.
Mientras tanto, a principios de marzo, el suegro de Jia, que tiene 90 años y demencia senil, tuvo una caída durante la noche. Desde entonces, Jia y su esposo han tenido miedo de dejarlo vivir solo, y ahora ella también lo atiende regularmente.
"Si quiero cuidar bien de mi madre y mi suegro, necesito hacer algo más que ganar dinero, pero si no puedo ganar dinero, ¿qué pasará con ellos?", se pregunta Jia.
Las cifras publicadas el 17 de enero por la Oficina Nacional de Estadísticas demuestran que a fines del año pasado había más de 280 millones de personas de 60 años o más en China, lo que representa el 19,8 por ciento de la población. De acuerdo a la ONU, un país se define como "envejeciendo" cuando más del 10 por ciento de su población tiene 60 años o más, y "envejecido" cuando la proporción es del 20 por ciento o más.
Liu Xiaohong, médico jefe del Departamento de Geriatría del Hospital del Colegio Médico de la Unión de Beijing, enumeró que el 50 por ciento de las personas de 65 años o más en China tienen al menos tres afecciones crónicas. Liu ha participado en estudios geriátricos durante más de 20 años.
Las cifras de la Comisión Nacional de Salud evidencian que más del 78 por ciento de las personas mayores de 60 años o más tienen al menos una enfermedad crónica.
Aunque las enfermedades que la madre y el suegro de Jia han contraído son crónicas, de inmediato no ponen en peligro su vida. Sin embargo, el impacto psicológico del cuidado a largo plazo para la generación de Jia, y los cambios que ha enfrentado en su vida y trabajo, resaltan la necesidad de repensar el cuidado de los ancianos.
El envejecimiento y la muerte son inevitables, pero se pueden hacer mejoras para la autosuficiencia de las personas mayores.
En China, el seguro médico para cuidados intensivos solía ser especializado, categorizado por órganos, y no era específicamente para los ancianos.
Como resultado, los hospitales necesitaban desarrollar un entorno amigable para las personas mayores para llevar a cabo una evaluación geriátrica integral de dichos pacientes, manejarlos a través de un equipo interdisciplinario y resolver problemas reversibles en el envejecimiento para permitir que las personas mayores se cuiden y regresen a casa.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Salud, a fines del 2021 se habían establecido seis centros nacionales de investigación clínica para enfermedades entre geriátricos, y se habían establecido departamentos de medicina para geriatría en más de 4.600 hospitales públicos de nivel secundario o superior.