Por Volker Tschapke
Pekín, 01/08/2014(El Pueblo en Línea)-Si realmente velan por los problemas de los derechos humanos, deben usar los mismos criterios de manera más justificada. Antes de acusar a otros países, deben revisar lo que pasa en su propio país. No debemos criticar por un lado a los otros, y por otro lado pasar por alto nuestros propios problemas.
Fui a China por primera vez en el año 1984, y después del año 2009 viajé a ese país por lo menos una vez al año. Cada vez que regreso a Alemania, ya estoy esperando el próximo viaje a China. Puedo decir que en China disfruto de una libertad completa. En China la seguridad está garantizada, porque es uno de los países con la tasa de crímenes más baja del mundo. Puedo hablar libremente con los amigos, y nunca me han dicho qué tema está prohibido hablar en ese país.
Después de la apertura y la reforma en el año 1978, China consiguió un gran salto durante varias decenas de años, un éxito que ningún otro país ha logrado. En la actualidad China es un país abierto, que participa activamente en los asuntos internacionales, nación de la que muchos países dependen por sus vínculos económicos. En el año 2008, cuando llegó la crisis financiera internacional, si no fuera por China, la mayoría de las grandes empresas alemanes no hubieran sobrevivido.
Cada vez que la delegación del gobierno alemán visita China, los medios de comunicación de nuestro país siempre preguntan por los problemas de los derechos humanos. Me parece inadecuado criticar a China cuando no conocemos bien el fondo de las personas y los eventos. Para tratar los problemas de los derechos humanos hay que ser muy equitativo. China nunca nos acusa por los problemas de derechos humanos existentes en nuestro país, y creo que esa manera que tiene China de tratarnos es más razonable. Con respecto a los derechos humanos, también tenemos que ser más cuidadosos y tolerantes, y adoptar unos criterios unificados.
Los derechos humanos son importantes para todos los países, y cuando hablamos de eso, debemos usar los criterios unificados para todo el mundo. Los gobiernos y medios de comunicación acusan sin cesar los problemas de derechos humanos de China, y es muy entendible el descontento que estas acusaciones provocan en China. En mi opinión, China debe devolver la misma pregunta a Occidente, ¿qué pasa con los derechos humanos en su país?
Actualmente en toda Alemania se está discutiendo sobre el escándalo de espionaje, que violó gravemente el derecho de privacidad de los ciudadanos alemanes, y también se trata de una cuestión de derechos humanos la escucha y recolección de informaciones privadas de los ciudadanos alemanes. Además, todos los partidos en nuestro país están discutiendo plenamente sobre el tema de espías y doble espías recientemente revelados entre Estados Unidos y Alemania, y creo que son muy necesarias estas discusiones.
Si de veras consideramos la cuestión de los derechos humanos como un tema importante, debemos discutirlo con igualdad en todos los lugares, no sólo sobre China, sino también sobre Estados Unidos, y en primer lugar sobre el problema de la cárcel de Guantánamo. Alemania debe acusar a Estados Unidos por los problemas de los derechos humanos, pero desafortunadamente no lo ha hecho.
Si realmente velan por los problemas de los derechos humanos, deben usar los mismos criterios unificados con más igualdad, pero eso no es el caso en este momento. En Israel, Palestina, Siria, Irak y muchos países africanos, no discutimos la cuestión de los derechos humanos. India, que se declara como el mayor país democrático de todo el mundo, nunca fue acusado por las graves violaciones de mujeres como un problema de derechos humanos. En Alemania tenemos un proverbio: antes de criticar a otros, tenemos que mirarnos a nosotros mismos. No debemos acusar por un lado a otros países, y por el otro lado pasar por alto los problemas propios. No sería convincente acusar con el problema de los derechos humanos de otros países sólo por la discrepancia política.
China es diferente que Alemania, y éste no debe criticar a China por no seguir el formato alemán. Hoy en día, el mecanismo de consulta entre los gobiernos de China y Alemania funciona muy bien, y sólo el diálogo puede asegurar la amistad auténtica.
(El autor es el presidente de la Asociación Prusia de Alemania)