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El "complejo de Shangri-la" obstaculiza percepción racional sobre el Tíbet

Actualizado a las 13/08/2014 - 17:21
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LHASA, 13 ago (Xinhua) -- Desde que el novelista británico James Hilton diese a conocer a los lectores occidentales su "Shangri-la" ficticio hace ocho décadas, las mentes de los extranjeros han percibido a menudo el Tíbet como un paraíso místico y armonioso.

Creen que la mítica región del Himalaya, aislada del mundo exterior, ha sido siempre una tierra feliz en la que la mayor parte de los habitantes son meditabundos lamas vestidos con túnicas color carmesí que sujetan rosarios de oración y escrituras de cánticos.

Pero los expertos y los periodistas de China y del extranjero que han acudido al Foro de Desarrollo del Tíbet que se celebra estos días consideran que el "complejo de Shangri-la" de los occidentales está obstaculizando y limitando una comprensión racional de lo que es esta región autónoma de China.

A ojos de muchos chinos, el Tíbet solía ser un área remota y atrasada con un sistema de servidumbre inhumano. Estas tierras altas ansían el desarrollo y la civilización como cualquier otra parte del mundo.

Hilton nunca estuvo en las zonas del Tíbet sobre las que escribió. Cuando los periodistas, directores de cine y políticos de su época retrataban al Tíbet como un lugar celestial, la región se encontraba bajo un sistema feudal -- un tipo de sociedad tan cruel, si no más, que las establecidas en la oscura Edad Media europea--.

Era, además, una tierra en la que esperanza media de vida de sus habitantes no superaba los 36 años y en la que a las mujeres casadas que tuviesen relaciones extramatrimoniales se les cortaban la nariz y las orejas como castigo.

"Pese a que los británicos invadieron el Tíbet en 1904, Occidente no tuvo la oportunidad de conocer el Tíbet", opinó en el foro la responsable en China de la agencia de noticias italiana AGI, Alessandra Spalletta. "Se comenzó una mistificación del Tíbet al tiempo que se construía la mitología de 'Shangri-la'", añadió.

"Los occidentales tienen apego por su propia imagen del Tíbet, más que por el Tíbet real", afirmó la periodista.

Tal y como apuntaron algunos expertos, el Tíbet se ha convertido en "un supermercado espiritual" para los occidentales, que intentan encontrar lo que han perdido en sus propias sociedades con los procesos de modernización e industrialización.

Algunos creían que el Tíbet, como "último territorio puro en la Tierra", debería ser inmune a cualquier tipo de desarrollo, que temen que conduzca a la destrucción de la cultura tibetana tradicional y a la aniquilación del budismo tibetano.

"Esa gente cree que el Tíbet debería permanecer en un estado primitivo para siempre y que los tibetanos deberían seguir montando en yak y viviendo en tiendas de campaña", dijo la subdirectora de la Oficina del Información del Consejo de Estado (el gabinete chino), Cui Yuying, en la ceremonia de inauguración del foro.

En los últimos 50 años, no obstante, el Tíbet ha avanzado por un camino irreversible de desarrollo y civilización, que concuerda con la tendencia general de desarrollo de la sociedad humana, destacó Cui.

Debido al "complejo de Shangri-la", muchos expertos occidentales han optado por estudiar la historia del Tíbet antes del siglo XX y algunos de ellos sugieren, incluso, que después de 1951, cuando la región fue liberada de forma pacífica, no merece la pena estudiar lo sucedido. Algunos medios de comunicación occidentales han omitido los logros económicos que la zona ha logrado en las últimas décadas.

La noción de Shangri-la, creada por los occidentales, ha sido utilizada por los separatistas para alejar al Tíbet de China.

"La visión romántica (del Tíbet) forma parte de la campaña del Dalai Lama en favor del separatismo", afirmó el presidente de Kasturi & Son Limited y editor del periódico indio The Hindu, Narasimhan Ram.

Agregó que el Dalai Lama siempre habla de la belleza y el aislamiento del antiguo Tíbet en lugar de referirse al atraso y la extrema pobreza, con lo que se aprovecha del "complejo de Shangri-la".

Uno de los miembros del consejo del Instituto Confucio de la Universidad de Ljubliana, en Eslovenia, Matevz Raskovic, explicó a Xinhua que algunos medios occidentales ofrecen una representación sesgada de esta región que ha reforzado el "complejo de Shangri-la" y limita la capacidad de comprender de forma racional el Tíbet.

"Cuando miras al Tíbet como algunos occidentales lo entienden, siempre se refiere a temas religiosos", aseguró. "Debería ser responsabilidad de los periodistas dar a conocer otras facetas del Tíbet, como las oportunidades para el turismo o la convivencia de diferentes culturas", sugirió. 

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