Los integrantes de las pandillas juveniles en Guatemala han matado este año a unos 700 comerciantes y conductores del transporte urbano de pasajeros por negarse a pagar una extorsión en efectivo de manera semanal.
Un informe presentado hoy por el humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) señaló que "este año nosotros estimamos que son alrededor de 700 las muertes que se han producido como producto de la extorsión".
El GAM es una organización que nació del pasado conflicto armado interno para buscar a los desaparecidos de la guerra, y ahora realiza observación social en el tema de violencia.
El dirigente del GAM, Mario Polanco, dijo que los pandilleros ejecutan a la persona que se niega a recibir un celular, herramienta a través de la cual se le dan las instrucciones para entregar la extorsión, o bien si esta deja de pagar una de las cuotas establecidas.
Estos cobros obligados van desde el equivalente a 25 dólares hasta los 1.290 dólares cada semana, dependiendo del tamaño del negocio o las ventas que genere.
Según Polanco, los dueños de pequeños negocios o tiendas de barrio encabezan la lista de personas asesinadas por las pandillas, que según reportes extraoficiales obtienen millonarias cantidades de efectivo a través de la intimidación.
En segundo lugar, están los conductores de moto-taxis, taxis y transporte público de pasajeros.
De acuerdo con las investigaciones del GAM, entre 2011 y 2013 se denunciaron 23.048 extorsiones, y en lo que va de 2014 unas 500.
Sin embargo, existe un subregistro, porque muchas personas no denuncian este delito por temor a los pandilleros y prefieren pagar.
Hace un mes, las fuerzas de seguridad de Guatemala desarticularon una pandilla cuyos integrantes tenían cuentas bancarias con varios miles de quetzales (moneda local).
Polanco explicó que este delito tiene también conlleva un elemento psicológico y traumático para las víctimas.
Guatemala tiene una tasa de homicidios de 35 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de Latinoamérica.
Las pandillas juveniles son un flagelo que surgió al culminar el conflicto armado interno, producto de la pobreza que afecta al 50 por ciento de los 14 millones de guatemaltecos.