Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 17 ago (Xinhua) -- Las autoridades de La Habana preparan la apertura de un singular Museo del Ferrocarril, donde se exhibirán algunas de las 40 añejas locomotoras de vapor construidas entre 1878 y 1925, informó el inversionista del proyecto, Raúl Abreu.
Un equipo de especialistas de la Oficina del Historiador de La Habana, trabaja desde 2007 en el rescate de las locomotoras, traídas desde diversos puntos de la isla, con el objetivo de exhibirlas públicamente como atractivo turístico.
Abreu ha dedicado siete años de su vida a la búsqueda, traslado y reparación de estas máquinas, entre las más de 200 que hay en la isla, las cuales desde 2004 forman parte del patrimonio histórico nacional.
"Esa ha sido la parte más dura de la tarea", dijo a Abreu a Xinhua, con un brillo de orgullo en los ojos.
El Museo del Ferrocarril se prepara en la antigua Estación de Cristina, una de las más viejas de la capital cubana.
"Ahí se podrá apreciar todo lo que significa el ferrocarril para Cuba y para La Habana, dijo Abreu, un negro alto y delgado que siente una particular atracción por "sus juguetes".
Antes de su restauración, el valor de esta importante y única colección se calculó en siete millones de dólares.
Prácticamente a mano, sin grúas y ayudándose con poleas, ganchos e improvisadas rampas, el equipo encabezado por el especialista rescató las locomotoras en lejanas fábricas de azúcar o en perdidos campos y las trajo hasta La Habana.
Abreu, ingeniero ferroviario con larga experiencia, explicó que tanto en la búsqueda como en la reparación de las locomotoras no se usó tecnología nueva, ni se compraron piezas.
"Hicimos ésto de manera rudimentaria", indicó, mientras sus hombres se movían entre las últimas máquinas que quedan por reparar.
A las locomotoras, algunas centenarias, como la más antigua construida en 1878, se les da un mantenimiento total.
Al reconstruir las piezas rotas, se pintan y se trata de devolverles el aspecto que tuvieron recién construidas.
Ya han sido reparadas 30 locomotoras, algunas de las cuales ya pueden verse en un parque junto a la Estación de Trenes de La Habana, así como en otros espacios de la Avenida del Puerto, al lado de la bahía de la capital.
Del grupo de máquinas que irá al Museo del Ferrocarril siete son del siglo XIX, dos locomotoras tienen origen alemán y las demás fueron construidas por fabricantes de Estados Unidos, como Baldwin Locomotives y Rogers Locomotives Works.
Todas esas locomotoras funcionaron en Cuba durante muchos años en el transporte público o en la industria azucarera, como en el caso de la más antigua que sirvió hasta 2005 para acumular la friolera de 127 años de labor.
"La Oficina del Historiador en estos momentos cuenta con un patrimonio que no lo tiene nadie en el mundo", afirmó el inversionista al referirse al valor de la colección de locomotoras clásicas.
Expuso que la "cereza del pastel" tal vez es una Cagney Brothers de 1902, construida por una compañía estadounidense que se especializó en locomotoras en miniatura.
La máquina, de apenas dos metros de largo, en breve se pondrá en funcionamiento mediante un recorrido turístico por La Habana, lo que la puede convertir en la locomotora de su tipo más antigua y en uso del mundo.
El ferrocarril se introdujo en Cuba en 1837, con lo que la isla se convirtió en el primer país iberoamericano con ese servicio, lo que además dio un impulso adicional a la ya pujante industria azucarera, que poco a poco pasó a ser la principal actividad de la isla.