La discriminación racial y la violencia contra la juventud negra, son problemas mundiales que afectan incluso a las instituciones públicas, afirmaron representantes del gobierno y de la sociedad brasileña ante lo ocurrido en Missouri, Estados Unidos.
"La posición (del gobierno) es buscar mecanismos de cooperación y de diálogo, para que los gobiernos se ayuden en la búsquda de una solución ante ese tipo de situaciones", apuntó el coordinador del programa Juventud Viva, Felipe Freitas, en entrevista para Xinhua.
Este programa gubernamental es impulsado por la Secretaría de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial (Seppir), órgano vinculado a la presidencia de Brasil.
Dijo que las autoridades brasileñas acompañan lo ocurrido en la nación del norte con bastante atención.
El pasado 9 de agosto, el joven negro Michael Brown murió baleado por un policía blanco en el área de Ferguson en el estado de Missouri (medio oeste de Estados Unidos), lo que provocó una serie de protestas y denuncias sobre el contenido racista de la acción.
El incidente ocasionó incluso la movilización de la Guardia Nacional a solicitud del gobernador local, Jay Nixon, y "reavivó" el debate sobre la necesidad del combate al racismo.
Freitas resaltó que en la historia del movimiento negro, siempre hubo diálogo entre las organizaciones de los diferentes países, lo que puede ser un camino para encontrar salidas.
"Las experiencias de lucha negra contribuyeron unas con otras. Por ejemplo, Abdias Nascimento, con 50 años de lucha en el movimiento negro en Brasil, influyó mucho en otros países", dijo.
La lucha contra el Apartheid en Sudáfrica también movilizó la solidaridad en todo el mundo.
"Está muy claro que esos intercambios y diálogos de la comunidad negra en los diferentes países son muy importantes", dijo.
Es prematuro, no obstante, analizar los efectos que tendrá en Brasil lo ocurrido en Ferguson, aunque deja claro que la cuestión de la violencia policial es un problema mundial.
La expectativa brasileña es que puedan encontrarse coincidencias en el ámbito internacional para tomar medidas al respecto.
"Por ejemplo, las Naciones Unidas decretarán en su próxima Asamblea General la Década del Afrodescendiente, ese es un reconocimiento de que existe un problema", indicó.
"Tiene que haber un acuerdo por parte del movimiento negro y de las autoridades para que existan reglas claras de actuación", señaló.
Por su parte, el dirigente del Colectivo Nacional de la Juventud Enegrecer, Clédisson Geraldo dos Santos Júnior, movimiento negro brasileño, sostuvo que lo ocurrido en Ferguson fue una "tragedia anunciada".
Indicó que no es la primera vez que las fuerzas estatales se comportan de forma "equivocada", con el resultado de grandes manifestaciones de la población negra local.
"Ese lugar donde hoy ocurren manifestaciones y murió un joven negro, es una ciudad con más de 60 por ciento de población negra y donde más del 80 por ciento de la fuerza policial está compuesta por blancos", dijo el dirigente social a Xinhua.
Cledisson participó el fin de semana pasado en el Congreso del Movimiento Negro Unificado (MNU) de Brasil en el estado de Bahía (noreste), donde se analizó la crisis en Ferguson y una serie de propuestas contra la discriminación y la represión policial en Brasil.
El movimiento negro brasileño impulsa jornadas de acción política con el lema "Reaccione o será muerto, reaccione o será muerta", que culiminará con una gran movilización "contra el genocidio del pueblo negro" este viernes 22 de agosto en varias ciudades del país.
Para Cledisson, los hechos de Estados Unidos deben reforzar la denuncia sobre el papel que tiene el racismo en la vida de los jóvenes y también sobre la visión que las policías tienen de los negros como potenciales criminales.