¿Cuál es la mejor manera de proteger la vida silvestre?

Actualizado a las 21/08/2014 - 14:54

Palabras clave：animales,silvestre

Pekín, 21/08/2014(El Pueblo en Línea)-Matar animales por mero placer de afirmarse como especie superior es un acto bárbaro. Y si para ello, además se emplean armas sofisticadas y un séquito que garantiza la seguridad del que paga el costoso safari, es más cobarde que viril.

No muchos van a estar de acuerdo con la explicación dada por Nature Conservancy para defender la juerga cazadora del magnate chino del comercio electrónico, Jack Ma.

Ma, quien -por cierto- también es director de la junta directiva de este grupo de protección animal, gusta de cazar en Gran Bretaña. En un reciente reportaje sobre los nuevos ricos chinos, The Sunday Times documenta sus aficiones "salvajes" y aseguran que Ma y 11 personas gastaron 36,000 libras esterlinas para alquilar un castillo y contratar un helicóptero como parte de su cacería.

Esta historia mediática tiene todos los elementos de una mediocre puesta en escena, donde se describe la realidad de muchos de los nuevos ricos chinos, y su extravagante comportamiento tanto en casa como en el extranjero, su lujoso estilo de vida que está en agudo contraste con la pobreza que muchas personas viven en, y el placer que se deriva del "disfrute" de matar animales salvajes y la mala reputación que se han ganado.

El magnate Jack Ma ha admitido en su sitio web que el viaje fue "bastante caro", pero insiste en que lo hizo para "la protección del medio ambiente".

El caso de Ma, una vez más pone de relieve la controversia en torno a la caza "deportiva" en la postmodernidad.

Obviamente estos no son los tiempos de las tribus de los cazadores-recolectores. Muy pocas personas en todo el mundo cazan para su alimentación personal y la de su comunidad.

En el siglo 19 la caza se convirtió en un entretenimiento divertido, desregulado, que condujo a la matanza de millones de animales y aves. Y aunque la caza puede ser un instinto natural, como piensan algunos filósofos, sigue siendo éticamente controversial.

De hecho, algunos activistas sobre los derechos de los animales creen que la caza de hoy en día no es más que un escenario simulado (y muy bien pagado) para matar impunemente.

Sin embargo, investigadores consideran que el tipo de caza que de una manera eficaz regular y gestiona algunas poblaciones de fauna salvaje, podría facilitar la recuperación del ecosistema y ayudar al crecimiento en el número de animales vigorosos. Establecer canales para la caza legal y selectiva, con claras regulaciones, podría frenar la caza fruitiva y furtiva que afecta el equilibrio de sexo, natalidad y mortalidad de las poblaciones de vida silvestre. Para algunos, ese sería una manera adecuada de enfocar la caza ""deportiva" en la postmodernidad, en concordancia con los valores humanos y la responsabilidad social que tenemos sobre el medio y las especies que nos rodean.

Como valor agregado, la caza legal y selectiva puede generar apreciables fondos, que los gobiernos pueden invertir en las comunidades locales, para que éstas dispongan de los recursos para proteger la vida silvestre.

Por ejemplo, los países africanos como Zimbabwe y Cameron han instituido programas de caza legales que requieren pagar grandes cantidades para cazar algunas piezas seleccionadas, en su mayoría animales de edad avanzada. Para la región subsahariana, los programas de caza controlada, generan ingresos anuales estimados en 200 millones de dólares.

Incluso en Australia, tirarle al canguro se ha convertido en una gran industria, a pesar de que este animal es la "mascota" del país. La razón: la caza mantiene controlado los números de canguro para beneficio del medio ambiente y, al mismo tiempo, la actividad ingresa dinero.

La mayoría de las personas están de acuerdo de la necesidad de proteger la vida silvestre. Las diferencias surgen cuando se trata de los métodos que se tienen que aplicar para lograrlo.

Por ejemplo, ¿es beneficioso liberar serpientes venenosas dentro de un parque natural, como hace una mujer en Guandong? La persona que tomó las fotografías de esta mujer "liberando" serpientes, reconoció que algunas eran peligrosas cobras e informó a la policía local para iniciar una investigación.

En los últimos años hemos visto muchos "activistas de la fauna" realizar acciones "por la libre". Ellos desconocen que muchos de los animales que liberan no sobreviven porque no pueden adaptarse a las nuevas condiciones del medio silvestre. Además, la abrupta introducción de animales podría romper el equilibrio del ecosistema local. Por otra parte, cuanto más se compre animales silvestres para liberarlos, más se intensificará su caza con el propósito de vendérselos a los mismos que aspiran a liberarlos. Un círculo vicioso infinito.

Hay que encontrar una manera más científica para proteger la vida silvestre. Tenemos que entender que cazar animales salvajes no siempre es dañino, si esta actividad se realiza bajo condiciones reguladas y legales. También hay que entender que cazar animales indiscriminadamente es un acto irracional y de ninguna manera puede tolerarse.