El escenario electoral en Brasil cambió tras la muerte del candidato presidencial del opositor Partido Socialista de Brasil (PSB), Eduardo Campos, sustituido por su compañera de fórmula Marina Silva, destacó hoy el analista político argentino Diego Manuel Vidal.
La aparición de la ecolgista Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente durante el gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva y ex senadora del Partido de los Trabajadores (PT), emparejó las encuestas sobre la preferencia electoral y es un fenómeno político con varias aristas que debe seguirse con detenimiento, dijo Vidal en entrevista a Xinhua.
Máxime cuando Campos no superaba el 9 por ciento de los votos para ubicarse en un lejano tercer puesto, mientras el segundo en intención de voto era Aécio Neves del también opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), con 22 por ciento que lo colocaba lejos de forzar una segunda vuelta frente a la presidenta Dilma Rousseff.
"Para comprender porqué Marina Silva ha crecido tanto debe tenerse en cuenta que en cierto modo su figura aglutina a gran parte del sector social que rechaza al actual gobierno de Dilma y ve en ella una posibilidad de acabar con la primacía del PT que gobierna desde el 2002", aclaró Vidal, quien es director del sitio de noticias en internet "Jornaldiario".
Silva condensa tras de sí a todos los medios opositores, la banca, la Bolsa de Valores de Brasil y la poderosa Federación empresaria paulista, los cuales se encolumnaron para enfrentar la posible reelección de Rousseff tras el nombramiento de la sucesora de Campos, agregó.
También concentra a sectores religiosos por su propia condición de evangélica, pero estos apoyos y el sostén de su principal mentora, Neca Setúbal, dueña del Banco Itaú (el mayor banco privado de Brasil), pueden ser un buen trampolín para llegar al Planalto (sede gobierno), aunque no la garantía de que pueda gobernar para la mayoría, explicó.
De hecho, "en el último debate televisado no ha podido especificar de dónde extraería los recursos para solventar las políticas sociales que pregona, como el aumento del presupuesto educativo, hasta ahora sólo ha repetido frases hechas y efectistas en sus discursos", subrayó el experto argentino.
A eso se agrega que la ex senadora reivindicó las propuestas económicas neoliberales que sustentó en el pasado el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso.
De igual forma es difícil no pensar en que el PT movilizará su base militante para aumentar la diferencia entre Rousseff y Silva, además de que "seguro se apuntará a una estrategia que busque mostrar las contradicciones de la ex ministra y su casi nula capacidad para concertar con otras fuerzas una mínima gobernabilidad", indicó.
Ante la posibilidad de que Rousseff sea ratificada en el cargo en segunda vuelta electoral, Vidal consideró que el horizonte surge complicado, ya que todo indica que será difícil evitar un "ballottage", sin embargo señaló que en política las predicciones a futuro no tiene cabida y aún quedan más de 30 días para los comicios presidenciales.
"Todo depende de cómo la prensa hegemónica acabe por hacer suya la postulación de Marina Silva y blinde su imagen ante los posibles embates para conseguir definiciones que de aquí a allá tanto el oficialismo como un sector de la oposición lancen contra ella", resaltó Vidal.
En referencia a los ataques de los ha sido objeto la presidenta brasileña, el analista político dijo que la derecha latinoamericana ha optado por cambiar la táctica y ahora "busca mostrar caras nuevas, con un discurso descafeinado y sin un proyecto político claro".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró el lunes que los ataques a su colega brasileña buscan despedazar el proyecto del ex gobernante Lula da Silva, quien intentaba lograr un país "suramericanista" y convertirlo en una potencia mundial.
En este sentido, Vidal manifestó que "Maduro no se equivoca porque tanto Marina Silva en Brasil, como Henrique Capriles en Venezuela y Sergio Massa en Argentina, salen de la misma matriz que parió el neoliberalismo en la década de los años 90 del pasado siglo".
Sostuvo que "unos indiscutiblemente son hijos directos del consenso de Washington (Capriles, Massa) y otros conversos, como Silva, quien ni siquiera ha podido formar su propio partido político por la escasez de avales necesarios, no cabe duda que todos ellos tienen en común el uso de un discurso teñido del 'marketing' electoral".
Estos candidatos rechazan la presencia de un Estado fuerte y regulador, ejemplo de ello son los ataques de Marina Silva a Petrobras, quien está en la misma línea de los cuestionamientos que realiza la derecha argentina y venezolana contra las empresas Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
"Queda claro que todos buscan el guiño de la Casa Blanca, cuando no el apoyo directo y económico, al despreciar las experiencias integradoras como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a favor de una alianza económica con Estados Unidos" reconoció Vidal.
En caso de un triunfo de Marina Silva también peligran los BRICS (grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que se contraponen a las políticas financieras de Estados Unidos que oprimen a las economías en vías de desarrollo, sentenció el director de "Jornaldiario".