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Claves para entender el referendo en Escocia

Actualizado a las 18/09/2014 - 09:09
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En vísperas del referendo que se realizará en Escocia el 18 de septiembre, en todo el mundo se plantean grandes interrogantes sobre la viabilidad de Escocia como país independiente, las repercusiones que podría traer para Reino Unido la separación de ese territorio y el ejemplo que podría dar a otros movimientos separatistas.

El Acta de Unión de 1707 agrupó bajo el Reino de Gran Bretaña a los reinos de Inglaterra y Escocia y desde entonces han existido opositores a la unión. La alianza está integrada actualmente por Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia.

Escocia ha avanzado de manera paulatina hacia su independencia. En 1998, volvió a tener un gobierno y parlamento propios. El Partido Nacional Escocés ganó por una abrumadora mayoría en las elecciones parlamentarias locales de 2011 tras una campaña en la que prometió realizar un referendo de independencia.

En octubre de 2012, el primer ministro británico, David Cameron, y el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, firmaron el Acuerdo de Edimburgo que permite a Escocia celebrar un referendo de independencia con la pregunta "¿Debe Escocia ser un país independiente?".

En el referendo podrán votar las 4,2 millones de personas que reúnen los requisitos básicos: tener más de 16 años; ser un ciudadano británico, de la Unión Europea o de la Mancomunidad Británica con permiso de residencia en Gran Bretaña; y vivir en Escocia. Muchos jóvenes votarán por primera vez, lo cual podría inclinar la balanza a favor de la independencia.

POSICIONES ENCONTRADAS

La preocupación ha ido en aumento debido a que las encuestas muestran por primera vez que los escoceses a favor de la independencia tienen una ligera ventaja frente a quienes desean seguir formando parte de Reino Unido.

El gobierno escocés señala que la unión entre Inglaterra, Escocia y Gales no sirve ya a ningún propósito e indicó que una Escocia independiente podría convertirse en uno de los países más ricos del mundo con su riqueza petrolera. Salmond describió el referendo como "una oportunidad única en la vida para Escocia".

El gobierno de Escocia ha señalado que ahora los escoceses podrán tener mayor poder democrático para elegir a sus propias autoridades, el control total de sus recursos naturales y de su economía, así como la capacidad de decidir la forma de utilizar su riqueza, en especial los ingresos petroleros.

Aquellos que están en contra de la desintegración de la unión argumentan que Escocia no podrá explotar el petróleo de la misma manera y advierten que las instituciones financieras podrían trasladarse a Londres. También han calificado de exitosa la unidad de Reino Unido en términos sociales.

En una acción sin precedentes, la reina Isabel pidió el 14 de septiembre a los escoceses pensar "con cuidado" antes del referendo. Fue la primera vez que Su Majestad, quien normalmente no se involucra en política, habló de la cuestión de la independencia. Además de la reina, varios funcionarios británicos se han expresado en contra de la independencia de Escocia.

"Es importante darse cuenta de que votar por la independencia es una apuesta. Simplemente hay demasiadas preguntas sin respuesta, sobre todo en relación con la moneda, las pensiones y la economía", señaló el secretario de Estado británico para Escocia, Alistair Carmichael.

El primer ministro británico, David Cameron, advirtió el 15 de septiembre que Escocia y Gran Bretaña "irán por caminos separados para siempre" si se aprueba la independencia y agregó que para "el viernes en la mañana no habrá más pensiones y pasaportes británicos ni libras esterlinas".

"Nadie dice que no puedan ser un orgulloso escocés y un orgulloso británico", dijo Cameron, quien concluyó con: "por favor, voten a favor de permanecer juntos, voten a favor de quedarse juntos y voten a favor de salvar nuestro Reino Unido".

En una conferencia titulada "Qué pasa luego de votar No", Jim Gallagher, asesor de política y estrategia de la campaña multipartidista Mejor Juntos, argumentó que significaría más que sólo rechazar un Estado separado, sería la primera vez que los escoceses apoyen de manera democrática la unión.

Los líderes de los tres principales partidos políticos británicos prometieron hoy darle al parlamento escocés "nuevas facultades amplias y permanentes" si los electores rechazan la independencia. La promesa fue firmada por el primer ministro conservador David Cameron; el líder del Partido Laborista, Ed Miliband; y el viceprimer ministro Demócrata Liberal, Nick Clegg.

VIABILIDAD DE ESCOCIA

Escocia tiene 5,3 millones de habitantes, lo que representa el 9,83 por ciento de la población del Reino Unido, y su territorio representa el 32 por ciento de la extensión actual de la unión. Además, sus reservas petroleras, las mayores en Europa, aportan 91 por ciento de los ingresos petroleros y de gas británicos, según cifras de la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido.

La economía escocesa no depende totalmente del petróleo. El 28 por ciento de los ordenadores que se venden en Europa proceden de este territorio, es un exportador neto de electricidad, es el mayor productor de salmón del Atlántico en la Unión Europea y el sector turístico genera 200.000 empleos, según cifras de la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido y del gobierno escocés.

Varias compañías de servicios financieros amenazaron la semana pasada con salir de Escocia si se aprueba la independencia. El Deutsche Bank comparó la votación de Escocia a favor de dejar Reino Unido con los errores que condujeron a la Gran Depresión en la década de los treinta.

CONSECUENCIAS PARA GRAN BRETAÑA

En caso de aprobarse la independencia en el referendo, Escocia asumiría su estatus de nuevo país el 24 de marzo de 2016. Se convertiría en una monarquía constitucional y formaría parte de la Mancomunidad de Naciones, es decir, la reina Isabel seguiría siendo la jefa de Estado.

Escocia buscaría obtener el reconocimiento de los otros actores del sistema internacional, por lo que pediría su ingreso a Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sin embargo, se prevé que haya oposición de los Estados que tengan movimientos independentistas en sus territorios.

Por otra parte, Reino Unido perdería la tercera parte de su territorio, su población se reduciría en ocho por ciento y su producto interno bruto (PIB) disminuiría en nueve por ciento. Además, el prestigio y la posición que ocupa podrían verse cuestionados, en particular su asiento como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y su influencia dentro de la Unión Europea.

Según informes, si Londres pierde a la población escocesa, Reino Unido ocuparía el cuarto lugar como país más populoso de la Unión Europea, lo que se traduciría en la pérdida de escaños en el Parlamento Europeo y en una menor capacidad de influir en la toma de decisiones.

Uno de los temas más delicados es el traslado del programa de disuasión nuclear Trident, aunque Escocia y Reino Unido también tendrían que negociar otras cuestiones como la deuda pública, las reservas de oro y las instalaciones y personal de las fuerzas armadas, así como las representaciones diplomáticas en el extranjero.

Ya que Escocia podría mantener su bandera donde aparece la Cruz de San Andrés con fondo azul, la cual es parte de la bandera actual de Reino Unido, se plantea la opción de que el resto del reino cambie su símbolo patrio.

OPINIÓN MUNDIAL

La Casa Blanca indicó que la administración Obama prefiere que se mantenga la unidad de Reino Unido. "Como dijo el propio presidente, tenemos interés en ver que Reino Unido siga siendo fuerte, robusto y unido y un socio efectivo", dijo a los reporteros el vocero Josh Earnest.

"Los pronósticos de los nacionalistas son tan inverosímiles que realmente deberían ser descartados", recalcó Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, quien agregó que sería difícil que Reino Unido logre un acuerdo monetario con Escocia, por lo que éste tendría que implementar su propia moneda.

En cuanto a los otros movimientos separatistas en Europa, Matteo Salvini, líder de la Liga Norte de Italia, dijo que el referendo "es un gran impulso para los movimientos autónomos de Europa, ya sea en Padania, Cataluña, Flandes" y agregó que la Liga Norte "volverá a poner en marcha la lucha" por la separación del norte de Italia.

"Rusia podría argumentar que los movimientos separatistas en realidad son perfectamente legítimos, ya sea en Crimea o en el este de Ucrania", dijo Ivo Daalder, ex embajador de Estados Unidos ante la OTAN y ahora presidente del Chicago Council of Global Affairs, citado por The Financial Times.

Ahora lo que resta es esperar por los resultados del referendo, los cuales podrían ser dados a conocer en la mañana del 19 de septiembre. Mientras siguen en el aire las dos opciones: la desintegración de Reino Unido y el nacimiento de una Escocia independiente, o un fortalecimiento de la unidad británica y un mensaje claro e inequívoco para el resto de movimientos separatistas en Europa.

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