LA HABANA, 21 sept (Xinhua) -- Cuba recuerda hoy el Día Mundial del Alzheimer con un estimado de 150.000 personas que padecen este trastorno degenerativo y progresivo del cerebro, asociado al envejecimiento.
De acuerdo con el estudio "Epidemiología, diagnóstico e impacto de las demencias y otras enfermedades crónicas no transmisibles en adultos mayores cubanos", realizado entre el 2002 y el 2012, una de cada diez personas de 65 años o más desarrolla una demencia.
De estos casos, más de la mitad corresponde a la enfermedad de Alzheimer, lo que en 2013 representó el 1,3 por ciento de la población de la isla, con una proyección de incremento a 273.000 en 2030 y 441.000 en 2050.
Solamente se ha diagnosticado la mitad de los casos, con una incidencia de aproximadamente 28.000 nuevos pacientes por año.
"La familia sigue viendo los trastornos de memoria como parte del envejecimiento y no acude al médico. Mientras más temprano se diagnostique al paciente mejor será la evolución", dijo a la prensa el médico Juan de Jesús Llibre Rodríguez.
El presidente de la sección cubana de Alzheimer comentó que más de la mitad de los casos se asocia a factores de riesgo modificables como tabaquismo, sedentarismo, obesidad, escasa actividad mental, hipertensión, diabetes y depresión.
"Reducir a 25 por ciento la presencia de éstos, conlleva a disminuir el riesgo de enfermar", aseguró el especialista.
El escenario demográfico cubano se caracteriza por un creciente envejecimiento poblacional y de transición hacia enfermedades crónicas no transmisibles, que llega al 18,3 por ciento según el Censo de 2012.
Algunos de los síntomas comunes de las demencias son pérdida gradual de la memoria, afectación de la capacidad para ejecutar tareas cotidianas, desorientación y empobrecimiento del lenguaje.
Pueden ocurrir también manifestaciones en el comportamiento de las personas como agresividad física y verbal, alucinaciones e ideas dañinas.
Al referirse a las demencias que constituyen la primera causa de discapacidad en los adultos mayores, los expertos coinciden en que el mayor costo de la enfermedad es el humano, cuyas dimensiones son inestimables.
Las consecuencias no solo las sufren los enfermos sino también las familias, y dentro de ellas la mayor carga recae generalmente en las mujeres.
Las estadísticas confirman que por cada paciente existen al menos dos familiares encargados de las tareas de cuidado, las cuales a su vez causan estrés y afectación física y psíquica.
En las etapas más avanzadas de la enfermedad, la persona con demencia requiere supervisión y cuidado las 24 horas del día, lo que incluye asistencia en actividades de la vida cotidiana como alimentación, vestuario y baño.
Fue en 1906 cuando el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer describió los síntomas de la enfermedad, que después llevó su apellido.
Se trata de un trastorno degenerativo y progresivo del cerebro, que se desarrolla en un periodo de años, siendo la causa más común de las demencias entre las más de 60 conocidas.
Expertos advierten que 90 por ciento de los casos se desarrollan después de los 65 años, con una prevalencia que se duplica cada década sucesiva de la vida.
Estadísticas sanitarias a nivel mundial señalan que para el año 2025, dos tercios (71 por ciento) de las personas con demencia vivirán en países en vías de desarrollo, lo cual representa un enorme reto debido a los cuidados que requerirán.
Actualmente, las demencias ocupan el tercer lugar en cuanto a costos económicos, superadas solo por los padecimientos cardiovasculares y el cáncer.