Marilyn Monroe, desnuda e inolvidable |
Fuente:agencias
Los Ángeles,08/12/2014(El Pueblo en Línea)-En la suite 261 del Hotel Bel-Air de Los Ángeles, Bert Stern fotografió 2.571 veces a una rubia de 1,66 metros de altura y 53 kilos de peso. La chica tenía un lunar en la mejilla izquierda, sonreía y bebía champán. Se dejó retratar desnuda, muchas veces. Incluso mostró a la cámara una cicatriz de siete centímetros en el abdomen; una marca que la humanizaba.
La modelo, entonces casada con el pelotero Joe DiMaggio, se llamaba Marilyn Monroe. Aquella memorable sesión de fotos, que se desarrolló en tres días y se conoce como «The Last Sitting», tuvo lugar en junio del 62. Algunas de esas instantáneas se exihiben ahora en una galería parisina.
Marilyn Monroe tenía 36 años y seis semanas después moriría por una sobredosis de barbitúricos, que el forense calificó de «probable suicidio» y que todavía mantiene detrás la sombra del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy y su hermano Bobby.
Durante la larga sesión, Stern combatía el cansancio con dextroanfetamina. Marilyn había bebido mucho vodka y champán. Stern quería fotografías carnales del mito y también acostarse con Marilyn Monroe. Hacia las tres de la mañana, la Monroe entró en su juego. Agarró un vestido transparente, le miró a través de la tela y le preguntó si le apetecía hacer desnudos. Al fotógrafo, que tenía 32 años, se le abrieron las puertas del cielo. Era consciente de que tener a Marilyn desnuda en una habitación de hotel y a merced de su cámara era «una experiencia única en la vida», según confesaría después. Pero a ella le entraron dudas: recelaba por una cicatriz que le había dejado una reciente operación de vesícula. Stern le prometió que retocarían las imágenes y Marilyn consultó a su peluquero. George. «¿Qué piensas sobre hacer desnudos con cicatrices?», le preguntó la estrella. «Divino», contestó George.
Stern no se acostó con Marilyn. La dextroanfetamina le quitó el apetito sexual, cuenta él. Ella calentó al fotógrafo y después lo rechazó, cuentan otros. De todas formas, este encuentro le permitió a Stern ser el autor de los retratos más eróticos de Marilyn Monroe.
Ya Marilyn, el fotógrafo, el peluquero y los Kennedy están muertos. Pero algunos de esos desnudos sobreviven y serán exhibidos en la Galerie de l'Instant, que celebra su décimo aniversario con la exposición Inolvidable Marilyn.
La muestra inicia con retratos tomados en 1946 por Andre de Dienes a una Marilyn de 20 años, escondiéndose tras un jersey de lana, y termina con la sugerente sesión erótica de Stern.
Las fotos están firmadas por los prominentes Sam Shaw, Philippe Halsman, Carl Perutz, George Barris, Ted Baron, Milton Greene, Laurence Schiller y Weegee.
«Marilyn no deja de emocionarnos, de fascinarnos. Su aura atraviesa el tiempo y las generaciones como por arte de magia», resume la galerista Julia Gragnon.
Inolvidable Marilyn resucita a la rubia más célebre del siglo XX, un nombre de diva que rima con deseo.