Ataques terroristas se tornan desenfrenados en 2014 mientras Africa intensifica respuestas

Actualizado a las 23/12/2014 - 15:24

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NAIROBI, 22 dic (Xinhua) -- Una serie de ataques terroristas derramó sangre y brutalidad en el este y el occidente de Africa en el año que termina, mientras los países africanos se esfuerzan para enfrentar las amenazas inmediatas y buscan estrategias a largo plazo para resolver las causas del problema.

Sin embargo, analistas subrayan que los acontecimientos de 2014 demuestran que la adopción de una estrategia integral es de urgente necesidad, ya que la repuesta serrada de Africa ha sido hasta el momento inefectiva contra una amenaza terrorista expansible que cambia de tácticas constantemente.

AÑO MAS SANGRIENTO

El 2014 figura como uno de los años más sangrientos. El número de muertos en ataques terroristas durante el último lustro superó solo en Nigeria los 10.000, mientras que la cifra de Kenia en ataques recientes alcanzó los 800, incluidos 300 miembros del personal de seguridad. Los grupos terroristas organizados tienen como objetivos mezquitas, iglesias y mercados.

En el primer semestre de 2014 se informó la muerte de 2.053 civiles en 95 ataques diferentes en más de 70 ciudades y poblados de Nigeria, incluida Abuya, la capital nacional, en su mayoría por explosiones de bomba y ataques contra mercados, aldeas y mezquitas, cuyos objetivos fueron los fieles musulmanes leales al gobierno.

Bajo la arremetida de las fuerzas conjuntas africanas, Al-Shabaab (conocido grupo terrorista somalí afiliado a Al-Qaeda) fue expulsado de la mayor parte de las ciudades y poblados de Somalia, pero aún consigue lanzar ataques en territorio somalí y en el vecino Kenia contra iglesias y pastores cristianos, y luego solo contra los cristianos para incitar al odio religioso.

Anneli Botha, investigadora antiterrorista del Instituto para Estudios de Seguridad (ISS, siglas en inglés) en Nairobi, declaró que los ataques de Boko Haram -grupo islamista de Nigeria- y Al-Shabaab se incrementaron en 2014.

Ambos grupos demostraron que "ya no se limitan a un país específico, sino que suponen una amenaza para la seguridad general en el este y el occidente de Africa", señaló Botha a Xinhua.

RESPUESTAS REFORZADAS

"Estos grupos insurgentes deben enfrentarse a través de una respuesta reforzada", indicó a Xinhua el veterano diplomático nigeriano y director regional del ISS, Olusegun Akinsanya.

"Necesitamos asociaciones y la implementación de estrategias acordadas a nivel continental (de la Unión Africana) para combatir a estos grupos", señaló Akinsanya, quien pidió la puesta en marcha de los resultados de la Cumbre de Jefes de Estado de la UA sobre Terrorismo celebrada en Nairobi el 2 de septiembre.

La Cumbre del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana exigió una respuesta reforzada para todos los ataques terroristas, reiterando que un ataque contra cualquier país africano se debe considerar que es contra todos.

Los líderes africanos acordaron en la Cumbre de Nairobi acelerar el paso de una fuerte unidad antiterrorista y nombrar altos oficiales de inteligencia con el objetivo de formar una reserva de inteligencia continental.

Esta reserva de inteligencia ayudaría al combate contra los insurgentes. También propusieron la activación de una Unidad de Fusión de Inteligencia Regional para apoyar la lucha.

"Los esfuerzos militares conjuntos dirigidos a lograr la paz y la seguridad fue la respuesta inevitable para enfrentar las amenazas terroristas y de seguridad", afirmó el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, quien agregó que Al-Shabaab, grupo que sintió el peligro por las intensas presiones militares en 2012, se unió a Al-Qaeda, que financió su radicalización de la juventud en las mezquitas para apoyar sus ataques terroristas.

ACCION MILITAR INEFECTIVA

Botha consideró que la intervención militar en el norte de Nigeria y Somalia fue una solución inefectiva. Los arrestos masivos y operaciones contra las mezquitas en Kenia parece fortalecer el alcance de Al-Shabaab.

"En general, ninguno de estos países ha comprendido los factores de impulso detrás de estas organizaciones o desarrollado e implementado efectivas estrategias de respuesta", acotó.

"Los principales motivos de los problemas de seguridad en estas regiones consisten en la deficiente gobernación, el abuso de poder de las fuerzas de seguridad y la depravación familiar conducente a la marginalización y la frustración frecuente en las líneas religiosa, étnica y geográfica", advirtió Botha.

El director ejecutivo de la Fundación Paz Global, Daniel Omondi, expresó a Xinhua que las respuestas antiettroristas en Kenia han fracasado y necesitan de una revisión general.

BATALLA PARA GANARSE A LA JUVENTUD

Analistas destacan el peligro de perder contra los grupos terroristas la batalla para ganarse a la juventud, una causa exacerbada por la pobreza y la elevada tasa de desempleo y que podría definir el futuro de la seguridad en Africa.

"Nuestra juventud es susceptible al extremismo debido al desempleo y la falta de autoestima", consideró Omondi.

Al-Shabaa, una filial de Al-Qaeda, empleó su prolongada presencia en Africa del Este para reclutar y entrenar masivamente a jóvenes locales como combatientes.

Kenia ha sido un epicentro de la radicalización juvenil a causa de la pobreza, la carencia de redes de seguridad social y las políticas ineficientes.

Las fuerzas de seguridad kenianas realizaron en octubre una redada contra mezquitas en la ciudad costera de Mombasa para eliminar a los jóvenes radicalizados. Según la policía, las mezquitas eran utilizadas como sedes de reclutamiento por parte de redes terroristas.

Hassan Abdikadir, joven asesor del Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT), explicó que las redes terroristas han reclutado a jóvenes vulnerables para aumentar su cifra.

"La mayor parte de la juventud de Kenia carece de fuentes de ingreso sostenibles y los terroristas les prometen tesoros", apuntó Abdikadir.

Omondi lamenta que los yihadistas hayan extendido sus tentáculos en los barrios bajos urbanos y las aldeas remotas donde la pobreza y la marginalización social son graves.

"Algunas informaciones indican que Al-Shabaab y otros grupos terroristas incitan a los jóvenes desempleados con un salario mensual de 600 dólares. Este es un llamado de atención para los legisladores, los líderes civiles y los jefes de seguridad", manifestó Omondi.

El gobierno debe incrementar los programas de empleo juvenil para reducir los delitos, el terrorismo y las drogas", agregó.

Analistas opinan que los gobiernos africanos deben centrarse en intervenciones a largo plazo como educación, capacitación vocacional y actividades generadoras de ingresos para evitar que los jóvenes se incorporen a los grupos milicianos responsables de propagar el terrorismo.

Los países deberían además emplear la fuerza blanda en lugar de la bruta para refrenar las ideologías radicales que estimulan el terrorismo.

"Necesitamos un cambio de paradigma para ganar la guerra contra el terrorismo que ha invadido esta región. Los órganos de seguridad y sus socios civiles tienen que adoptar un enfoque integral para combatir el terrorismo de manera efectiva", concluyó Omondi.