Los principales líderes de la oposición de derecha en Chile entregó hoy su respaldo al gobierno de Michelle Bachelet, ante el surgimiento a nivel local de cuestionamientos a la estrategia ante de la demanda de Bolivia en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
"Siempre, para nosotros, ha sido muy negativo e inconveniente aprovechar los problemas externos para la política local. Creo que eso no está en nuestra mirada como oposición, en nuestra visión de Estado", dijo el senador Hernán Larraín, de la derechista, Unión Demócrata Independiente (UDI).
De acuerdo al también presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, "la política exterior es una para todo Chile. Nosotros entendemos que la conduce la presidenta y la apoyamos, porque no se puede sacar provecho político con hechos que afectan a Chile entero".
"Chile hasta ahora ha tenido una estrategia razonable, positiva y concreta, pero quizá de aquí en adelante, visto como a estado actuando Bolivia, que a través de la victimización ha logrado incluso inclinar a países que en otro tiempo habían permanecido en silencio, como Uruguay, Ecuador o incluso el ALBA, obliga a que de aquí en adelante tengamos una actitud más agresiva en el ámbito comunicacional", señaló el senador.
Por su parte el presidente de Renovación Nacional, el socio de UDI en la coalición opositora, Cristián Monckeberg, pidió no mezclar asuntos de estado con política doméstica, incluyendo eventuales intereses presidenciales.
"Lo peor que podemos hacer es ocupar temas delicados, como esto, para poder levantar opciones (presidenciales) en tres años más. Aquí los aplausos pueden costar caro, los discursos para la galería pueden costar demasiado caro", dijo Monckeberg.
La reivindicación marítima boliviana ha determinado la relación bilateral entre ambos estados.
La Paz perdió un extenso territorio, incluyendo su condición marítima, en una guerra que enfrentó junto a Perú a Chile (1879-1883).