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Informe sobre la labor del gobierno (2)

Actualizado a las 03/06/2015 - 16:32
Palabras clave:

II. DISPOSICIONES GENERALES SOBRE LA LABOR DEL 2015

Nuestro país, el mayor país en vías de desarrollo del mundo, aún se halla y permanecerá largo tiempo en la etapa primaria del socialismo. El desarrollo es lo que cuenta y constituye la base y la clave para la resolución de todos los problemas. La neutralización de los diversos tipos de contradicciones y riesgos, el saltar por encima de la “trampa de la renta media” y la materialización de la modernización dependen fundamentalmente del desarrollo, el cual debe mantener un ritmo de crecimiento razonable. Por otra parte, nuestro desarrollo económico ha entrado en una nueva normalidad y se encuentra en el momento crítico de subir cuestas y pasar baches; los males de los regímenes y mecanismos, así como las contradicciones estructurales constituyen obstáculos en el camino de nuestro avance; de ahí que, si no profundizamos las reformas ni reajustamos la estructura económica, nos resultará muy difícil hacer realidad un desarrollo sano y sin altibajos. Debemos persistir invariablemente en asumir la construcción económica como centro y encargarnos efectiva y apropiadamente del desarrollo, tarea esta primordial para ejercer el gobierno y revigorizar el país. Hemos de apoyarnos persistentemente en la reforma para promover el desarrollo científico, acelerar el cambio de modalidad del desarrollo económico y lograr un desarrollo de calidad, rentable y sostenible.

La economía mundial está viéndose sometida a un profundo reajuste; la fuerza motriz necesaria para su recuperación es insuficiente; la influencia de la geopolítica se acrecienta; los factores de incertidumbre aumentan; y el impulso del crecimiento, el incremento del empleo y el reajuste de las estructuras se han convertido en un punto de convergencia de la comunidad internacional. En el caso de nuestro país, la presión del crecimiento descendente de la economía sigue agrandándose y las contradicciones subyacentes al desarrollo son prominentes, resultando pues probable que este año topemos con mayores dificultades que en el anterior. Por otra parte, nuestro desarrollo, dado que se encuentra aún en un importante periodo coyuntural estratégico que nos ofrece la oportunidad de acometer grandes empresas, cuenta con una fuerza potencial, una tenacidad y unos márgenes de maniobra enormes. Promovemos con constancia el nuevo modelo de industrialización, informatización, urbanización y modernización agrícola; poseemos una base para el desarrollo cada día más sólida; los dividendos de la reforma se están liberando; y hemos acumulado ricas experiencias en el macrocontrol. Tenemos que aumentar nuestra concienciación sobre las posibles adversidades, afianzar nuestra confianza en la seguridad del triunfo y llevar con firmeza la iniciativa en el desenvolvimiento.

Este año es el año clave de la profundización integral de la reforma; el año del inicio del impulso integral de la gobernación del país según la ley; y es también un año importante para la estabilización del crecimiento y el reajuste estructural. Las exigencias generales para los trabajos del Gobierno son las siguientes. Enarbolando la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas, guiándonos por la teoría de Deng Xiaoping, el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo, aplicando cabalmente el espíritu del XVIII Congreso Nacional del Partido y de la III y la IV Sesión Plenaria de su XVIII Comité Central, plasmando en nuestro quehacer el espíritu de los importantes discursos del secretario general Xi Jinping y de acuerdo con la disposición estratégica de las “cuatro integralidades” [la consumación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, la profundización integral de la reforma, la gobernación integral del país según la ley y el disciplinamiento integral y riguroso del Partido], hemos de adaptarnos por iniciativa propia a la nueva normalidad del desarrollo económico y guiarla; persistir en la tónica general del trabajo consistente en pugnar por progresar sobre la base de la estabilidad; mantener el funcionamiento económico dentro de unos límites razonables; redoblar los esfuerzos por mejorar la calidad y la rentabilidad del desarrollo económico; situar el cambio de la modalidad de desarrollo de la economía y el reajuste de su estructura en una posición más importante; dedicar todos nuestros esfuerzos al “asalto de las plazas fuertes” en la reforma; recalcar el papel impulsor de la innovación; potenciar la prevención y el control de los riesgos; reforzar la garantización de las condiciones de vida del pueblo; y tratar adecuadamente las relaciones entre la reforma, el desarrollo y la estabilidad, con el fin de llevar adelante integralmente la construcción socialista de la economía, la política, la cultura, la sociedad y la civilización ecológica, promoviendo de este modo un desarrollo económico sano y sin altibajos, así como la armonía y la estabilidad sociales.

Debemos ceñirnos a las exigencias generales, fijar la mirada en el “doble objetivo” —mantener el crecimiento en un ritmo medio superior y ascender a la gama media superior—; perseverar en la “doble combinación” entre, por un lado, la estabilización de las políticas y de las expectativas, y, por otro, la promoción de la reforma y el reajuste estructural; y forjar un “doble motor” —el despliegue por parte de las masas de actividades emprendedoras e innovadoras, y el aumento de los productos y servicios públicos—, a fin de impulsar tanto el reajuste del ritmo de crecimiento en el desarrollo sin moderar su tendencia al alza como el aumento de su volumen y una acentuada mejora de su calidad, y de materializar la elevación de la calidad de la economía china, el incremento de su rentabilidad y su actualización.

Las principales expectativas sobre el desarrollo económico y social de este año son: aumentar el PIB en alrededor de un 7%; mantener el alza del IPC en torno al 3%; crear más de 10 millones de puestos de trabajo en las zonas urbanas; mantener la tasa del desempleo urbano registrado por debajo del 4,5%; incrementar el volumen de las importaciones y exportaciones en alrededor del 6%; equilibrar básicamente la balanza de pagos; y sincronizar el aumento de los ingresos de la población con el desarrollo económico. La intensidad del consumo de energía se reducirá en más de un 3,1% y las emisiones de los principales contaminantes seguirán disminuyendo.

La propuesta de un 7% como meta aproximada del crecimiento económico responde a nuestra consideración tanto de las necesidades como de las posibilidades, está vinculada con el objetivo de consumar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, se corresponde con el aumento del volumen global de la economía y se adapta a la exigencia de actualizar su estructura, por lo que se aviene con las leyes del desarrollo y con la realidad objetiva. Si mantenemos un desarrollo a tal ritmo durante un periodo relativamente largo, las bases materiales para materializar la modernización serán más sólidas. Asimismo, la estabilización del crecimiento tiene como objetivo garantizar el empleo, ya que, con la elevación del peso específico del sector servicios, con el aumento de las pequeñas empresas y las microempresas, y con el incremento del volumen global de la economía, un ritmo de alrededor del 7% puede permitirnos alcanzar, hasta cierto punto, el pleno empleo. En un esfuerzo por lograr mejores resultados, las autoridades locales deben partir de sus respectivas realidades, superarse dinámicamente y poner en juego sus potencialidades.

Este año, para llevar a buen término la labor del Gobierno hemos de dominar como es debido los siguientes tres puntos.

1. Estabilización y perfeccionamiento de la política macroeconómica. Hay que seguir aplicando una política fiscal activa y una política monetaria prudente, conceder mayor importancia tanto a la regulación previa y la microrregulación como al control con objetivos bien definidos, utilizar apropiadamente los recursos que han aumentado y poner en circulación los existentes, prestando un apoyo prioritario a los eslabones débiles. Es necesario respaldar la estabilidad macroeconómica mediante el vigor microeconómico, propulsar la ampliación de la demanda por medio de la innovación de la oferta y promover el equilibrio entre la oferta y la demanda globales de la economía a través del reajuste estructural, a fin de garantizar el funcionamiento de la economía dentro de unos límites razonables.

En la aplicación de una política fiscal activa, hay que intensificar la energía y elevar la rentabilidad. Se plantea programar que el déficit fiscal de este año sea de 1,62 billones de yuanes, es decir, 270.000 millones superior al del año pasado, de modo que la tasa del déficit se eleve del 2,1 al 2,3%. De la primera de estas cantidades, 1,12 billones —170.000 millones más— corresponden al déficit de la hacienda central; y 500.000 millones —100.000 más—, al déficit fiscal de los gobiernos locales. Hay que tratar como es debido la relación entre la administración de la deuda y la estabilización del crecimiento económico, e innovar y perfeccionar el mecanismo por el que los gobiernos locales obtienen empréstitos y financiación. Emitiremos adecuadamente bonos especiales. Se debe garantizar la financiación continuada de los proyectos en construcción que reúnan las condiciones necesarias y prevenir y neutralizar los riesgos latentes. Resulta imperativo optimizar la estructura del gasto público, hacer grandes esfuerzos por poner en circulación las existencias de fondos y aumentar la eficiencia en su uso. Es preciso seguir llevando a cabo una reducción tributaria estructural y una rebaja tarifaria general, a fin de aligerar en mayor medida la carga de las empresas, en particular las pequeñas empresas y las microempresas.

En la aplicación de una política monetaria prudente, hay que mantener una flexibilidad y una rigidez apropiadas. Se propone que el incremento de la provisión de dinero en sentido amplio (M2) sea de alrededor del 12%, incremento que en la ejecución real puede elevarse ligeramente en función de las necesidades del desarrollo económico. Hemos de reforzar y mejorar la administración macroprudente, utilizar de manera flexible los múltiples instrumentos de la política monetaria, tales como las operaciones de mercado abierto, los tipos de interés, el coeficiente de caja y los représtamos, y mantener un crecimiento estable de la magnitud del suministro monetario y crediticio, y de la financiación social. Es preciso acelerar la circulación de fondos, optimizar la estructura crediticia, elevar el porcentaje de la financiación directa y reducir el coste de la financiación social, a fin de incrementar el volumen del “agua corriente” financiera que fluye hacia la economía real.

2. Mantenimiento del equilibrio entre la estabilización del crecimiento y el reajuste estructural. Nuestro desarrollo se enfrenta con las contradicciones originadas por el solapamiento de tres fases: la del cambio de marcha del crecimiento de la economía, la de los dolores previos al alumbramiento de su reajuste estructural y la de la asimilación de las políticas estimuladoras adoptadas anteriormente; por otra parte, las restricciones impuestas por los recursos y el medio ambiente se agravan, y los costes de los elementos de producción, entre ellos la mano de obra, suben; en tales circunstancias, difícilmente se podrá llevar adelante la modalidad de desarrollo caracterizada por un alto consumo energético o elevadas inversiones y la predilección por la expansión cuantitativa, siendo por lo tanto imperativo promover el que la economía optimice su estructura en el proceso de un crecimiento estable. Por un lado, es necesario estabilizar el ritmo de crecimiento para garantizar un funcionamiento de la economía sin altibajos y el incremento continuo del empleo y los ingresos de la población, creando así condiciones propicias para el reajuste estructural y el cambio de la modalidad de desarrollo; por otro lado, es preciso reajustar la estructura para apisonar bien fuerte la base del crecimiento estable. Aumentaremos las inversiones en investigación y desarrollo; elevaremos la productividad total de los factores; fortaleceremos la mejora de la calidad y la creación de estándares y marcas; impulsaremos tanto el incremento del peso específico del sector servicios y de las industrias emergentes estratégicas como la elevación de su nivel; optimizaremos el espacio y la configuración del desarrollo económico; y aceleraremos el fomento de nuevos focos y polos de crecimiento, con el propósito de materializar la actualización en el curso del desarrollo y el desarrollo en el curso de la actualización.

3. Formación y catalización de nuevas fuerzas motrices del desarrollo económico y social. Debilitadas ya las fuerzas motrices tradicionales del crecimiento económico, hemos de intensificar la reforma estructural, apresurar la ejecución de la estrategia encaminada a propulsar el desarrollo por medio de la innovación, transformar el motor tradicional y forjar uno nuevo. Para ello, es preciso, por un lado, aumentar el suministro de productos y servicios públicos, incrementar las inversiones gubernamentales en terrenos como la educación y los servicios sanitarios, alentar la participación de la sociedad y elevar la eficiencia de la oferta, lo que permitirá no solo subsanar los puntos débiles y beneficiar al pueblo, sino también favorecer la ampliación de la demanda y el fomento del desarrollo. Por otro lado, hay que impulsar las actividades emprendedoras e innovadoras de las masas. Esto, además de posibilitar el incremento del empleo y de los ingresos de la población, ayuda a promover la movilidad vertical en la sociedad, así como la equidad y la justicia. Nuestro país cuenta con 1.300 millones de habitantes y una mano de obra compuesta por 900 millones de personas; el nuestro es un pueblo laborioso e inteligente dotado de una creatividad inagotable; si las miles y miles de células del mercado se activan, no cabe duda de que confluirán en una colosal energía propulsora del desarrollo y de que podremos resistir la presión del crecimiento descendente de la economía, de suerte que la economía china rebose siempre de vitalidad. El Gobierno debe tener la valentía de llevar a cabo una revolución interna, dejar suficiente margen de maniobra al mercado y la sociedad, y montar plataformas para una competencia leal. Los particulares y las empresas han de tener el coraje de emprender e innovar; y la sociedad, por su parte, debe cultivar a fondo entre sus miembros la cultura del emprendimiento y la innovación para que, en el proceso de creación de riqueza material, la gente pueda hacer realidad de mejor manera sus aspiraciones espirituales y sus propios valores.

Este año, en el cual concluirá el XII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social, al tiempo que cumplimos sus metas y tareas, hemos de trazar como es debido el esquema del XIII Plan Quinquenal y bosquejar bien el desarrollo para los próximos cinco años, dotándonos para ello de un espíritu reformista, concepciones innovadoras y un método científico.


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