Por Fuad Rajeh
SANA, 1 ene (Xinhua) - Al igual que la mayoría de los yemeníes afectados por la guerra más larga, más letal y más destructiva, Abdullah Al-Sharaby está buscando refugio en un país totalmente desesperado y en llamas.
Después de que su hijo de 18 años, Mohammad, fue diagnosticado con una extraña enfermedad y de que su casa fue destruida en un ataque con cohete, Al-Sharaby huyó de la capital Saná esta semana en medio de los batallas en expansión y del bloqueo despiadado en Taiz.
"He huido de la guerra atroz y del bloqueo que dejó Taiz en una segura necesidad de todo. Estoy consciente de que la guerra está en todas partes y de que Saná podría ser objeto de la violencia en cualquier momento en medio de las batallas en las afueras, pero no tengo otra opción más que buscar refugio en un lugar que es seguro al menos por ahora", dijo.
La piel oscura de Mohammad se tornó bastante blanca después de que el cohete impactó y explotó no lejos de él mientras caminaba por los restos de su casa más tarde.
La familia no tiene fuentes de ingresos y su llegada a Saná no significa que su problema haya terminado.
Conforme continúa la guerra, el país árabe ha tenido que hacer frente al creciente número de desplazados internos, la cual asciende actualmente a más de 2,5 millones. La mayoría enfrentan una escasez de ayuda humanitaria.
Abdul Wahab Sharafudin, director de la oficina de la unidad ejecutiva de campamentos de refugiados en Saná, dijo que hay 124.000 desplazados internos en la capital. "Seguimos registrando más desplazados aunque no hay ayuda para ellos", dijo.
Yemen ha estado experimentando un conflicto civil desde que el gobierno apoyado por la ONU fue depuesto por militantes houthis a finales de 2014.
El conflicto motivó la intervención militar de Arabia Saudí a finales de marzo, lo que ha profundizado el sufrimiento del país.
Alrededor de 6.000 personas han muerto, incluyendo 2.700 civiles, y miles han resultado heridos, indicó la ONU.
Además, los funcionarios yemeníes en Saná revelaron que alrededor del 80 por ciento de la infraestructura del país ha resultado dañada en las incursiones aéreas y en los enfrentamientos terrestres.
Cerca de 300 hospitales y centros médicos han sido destruidos, dañados y cerrados en Yemen, indicaron los funcionarios.
La ONU reveló más tarde que más de 170 escuelas han sido destruidas y más de 600 han resultado dañadas, además de que 58 escuelas han sido ocupadas por grupos armados y cerca de 238 han sido utilizadas como refugios para los desplazados internos.
Además, todas las instituciones públicas han resultado afectadas y las declaraciones oficiales calculan las pérdidas del país en 6.000 millones de dólares, con 2.500 millones por pérdidas en los sectores agrícolas.
La guerra también ha causado una situación humanitaria catastrófica.
La ONU indicó que cerca del 82 por ciento de la población yemení necesita ayuda humanitaria vital.
La subsecretaria general para Asuntos Humanitarios de la ONU, Kyung-wha Kang, dijo que alrededor de 7,6 millones de personas necesitan ayuda alimentaria de emergencia para sobrevivir y que dos millones están desnutridos, incluyendo 320.000 niños agudamente desnutridos.
El bloqueo contra Yemen, impuesto como parte de la operación militar árabe, impulsó la crisis y ha privado a Yemen de todo suministro.
Como resultado, los servicios básicos se han deteriorado en gran medida por la aguda escasez de provisiones, principalmente medicamentos, combustibles y alimentos.
Las organizaciones internacionales también han documentado los ataques contra los derechos humanos y contra los sitios de patrimonio, lo que se añade a los efectos de la guerra que los observadores dicen que están destruyendo sistemáticamente el país.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, exhortó al Consejo de Seguridad a emprender acciones para poner fin a la guerra o si no Yemen podría enfrentar una balcanización y convertirse en un refugio para grupos terroristas.
Sin embargo, la más reciente ronda de conversaciones de paz de la ONU sobre la crisis yemení terminó el mes pasado en Berna, capital de Suiza, sin lograr grandes acuerdos. Las partes acordaron volver a reunirse este mes.