China nunca le ha temido a los "tigres de papel" |
Por Su Xiaohui
Beijing,02/02/2016(El Pueblo en Línea)- El 30 de enero, medios de comunicación estadounidenses informaron noticias relacionadas con el buque USS Curtis Wilbur, un destructor de misiles guiados, que entró sin previa notificación en las aguas de las Islas Xisha de China. Los departamentos correspondientes, incluyendo el Ministerio de Asuntos Exteriores de China y el Ministerio de Defensa respondieron inmediatamente. Es la segunda vez que un buque de guerra de EE.UU. se ha inmiscuido en el Mar del Sur de China después de que el USS Lassen entrara ilegalmente en aguas cercanas a las islas y los arrecifes de las islas Nansha, el pasado 27 de octubre de 2015.
En comparación con la última vez, esta operación ha sido mejor calculada.
En primer lugar, los EE.UU. han allanado el camino a través de la propaganda que han difundido. Durante meses, los medios de comunicación de Estados Unidos han exagerado el asunto del Mar Meridional de China. Durante su reciente visita a Asia, el Secretario de Estado de EE.UU. instó a los países de ASEAN a unirse contra China en este tema.
El Comandante del Comando del Pacífico de Estados Unidos (USPACOM, por sus siglas en inglés) afirmó en su discurso que, en nombre de la llamada libertad de EE.UU., las operaciones de navegación (FONOPS, por sus siglas en inglés) en el Mar del Sur de China aumentarán no sólo en número, sino también en alcance y complejidad.
En segundo lugar, la ubicación de la operación está "bien elegida". El 15 de mayo de 1996, el gobierno chino, amparado en la Ley de la República Popular China, publicó un comunicado delimitando su territorio desde la línea de base del mar sobre el mar territorial y la zona contigua, la cual determina la línea de base de las aguas territoriales adyacentes a la parte de China continental y la línea de base de las aguas circundantes a las islas Xisha. Partiendo de esta definición territorial, la incursión de Estados Unidos en las Islas Xisha obviamente fue intencional y plenamente consciente que violaba la demarcación oficial china.
En tercer lugar, los EE.UU. han programado deliberadamente su recurso de influencia ampliada. Ante la prensa, los funcionarios del Departamento de Defensa de EE.UU. han justificado sus acciones bajo el concepto de la salvaguardia de los llamados derechos y libertades de navegación.
Tales diligentes cálculos no son más que provocaciones, con el fin de interferir en las legítimas actividades de China en el Mar del Sur y frustar la construcción en las islas.
En contraste con la forma agresiva de Estados Unidos, la reacción de China ha sido mesurada. Las tropas que vigilan las islas y buques de la marina respondieron inmediatamente y de manera adecuada, utilizando métodos de vigilancia y alertas a viva voz.
Una vez más, las autoridades declararon la clara posición de China respecto a las incursiones de buques de guerra de EE.UU. e instaron a que EE.UU. respete y acate las leyes pertinentes. China espera que los EE.UU. realizará mayores esfuerzos para aumentar la confianza mutua y salvaguardar la paz y la estabilidad regionales.
China tiene razones para adoptar una reacción contenida, debido a que conoce perfectamente que la acción militar del Tío Sam no es más que una burda provocación. El ejército de EE.UU. indicó solamente que el buque "entró" en las aguas, sin ofrecer más información. Esta manipulación informativa permite que la audiencia imagine la "grandeza" de los militares estaodunienses, cuando de lo que se trató fue de un paso apresurado a través de.
Los funcionarios del Pentágono han evitado describir el enfrentamiento entre China y los militares de EE.UU, haciendo hincapié en que la acción fue simplemente un "paso sin mala intención". También, para reducir la agudeza del conflicto, obviaron mencionar el encuentro con buques de la marina china.
Los EE.UU. no van a desafiar a China en este importante asunto. Después de mostrar su poder militar, EE.UU. reiteró que no asumirá ninguna postura sobre las disputas territoriales. Esto indica que los EE.UU. no están dispuesto a chocar cabeza con cabeza con China y promover que la situación se salga de control.
China nunca se estremece ante semejantes provocaciones. Como ya se ha demostrado muchas veces, la actitud de los EE.UU. jamás han obligado a China a renunciar a sus derechos territoriales.
China continuará sus legítimas actividades, está preparada para cualquier provocación y es capaz de defenderse.
China siempre ha dado prioridad a la paz y la estabilidad en la región y ha aconsejado a los EE.UU. que no juegue con el fuego que los puede quemar. Como país responsable, China nunca agitará las tensiones regionales. Son los EE.UU. los que han estado orquestando repetidos encontronazos entre ambas fuerzas marítimas y aéreas, a pesar de las protestas y advertencias de China. En nombre de su "profesionalidad" militar, los EE.UU. deben recapacitar y actuar para evitar futuros accidentes, pues deben tener en cuenta que China nunca le ha temido a los "tigres de papel".
La cortesía exige reciprocidad. EE.UU. debe ser un amigo de China y no un rival.
El autor es el Director Adjunto del Departamento de Estudios Internacionales y Estratégicos del Instituto de Estudios Internacionales de China.