Los ingresos fiscales de China subieron un 6,3 por ciento interanual hasta los 2,74 billones de yuanes (421.300 millones de dólares) en los primeros dos meses de 2016, según los datos publicados hoy miércoles por el Ministerio de Hacienda.
Los datos llegaron después de que los ingresos fiscales del país registraran el año pasado su ritmo de crecimiento más lento desde 1988, en medio de la ralentización del conjunto de la economía.
Los datos desglosados indican que el gobierno central recaudó 1,18 billones de yuanes en ingresos fiscales, una subida del 1,6 por ciento interanual, mientras que los gobiernos locales registraron un crecimiento de ingresos fiscales del 10 por ciento, hasta los 1,56 billones de yuanes.
Gracias a la fortaleza de las transacciones inmobiliarias en las principales ciudades chinas, los ingresos por impuestos comerciales inmobiliarios se incrementaron un 20,2 por ciento anualmente hasta alcanzar los 116.000 millones de yuanes. La recaudación por impuestos sobre los recursos bajó un 24,8 por ciento debido a los precios deprimidos del petróleo crudo y el carbón.
Durante el periodo enero-febrero, el gasto fiscal aumentó un 12 por ciento hasta los 2,12 billones de yuanes, y el gasto destinado al programa de vivienda asequible subió un 30,7 por ciento.
China planea incrementar su ratio entre el déficit y el producto interno bruto (PIB) al tres por ciento este año frente al 2,3 por ciento registrado el año pasado con el fin de suavizar el golpe que supone el renqueante crecimiento de los ingresos y equilibrar la necesidad de una política fiscal proactiva para apoyar el crecimiento.
La subida del 0,7 por ciento en ese cociente, basada en el PIB de China, permitirá que el gobierno gaste unos 470.000 millones de yuanes más, previstos principalmente para cubrir las exenciones de impuestos y tasas para las empresas.