Lula se da un "baño de masas" en manifestaciones a favor de Gobierno de Brasil

Actualizado a las 19/03/2016 - 11:22

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Por Pau Ramírez

RÍO DE JANEIRO, 18 mar (Xinhua) -- El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, acosado por denuncias de corrupción, se dio hoy un "baño de masas" en Sao Paulo durante una manifestación de apoyo al Gobierno, que también enfrenta crecientes presiones que buscan la renuncia de la jefa de Estado, Dilma Rousseff.

Los grupos favorables al oficialismo, entre ellos sindicatos, movimientos sociales y el Partido de los Trabajadores (PT) celebraron manifestaciones en todas las capitales regionales del país, la mayor de ellas en Sao Paulo, donde según la organización hubo por lo menos 350.000 personas para arropar a Lula, la mayoría con ropas rojas que identifican a la izquierda.

Las marchas, no obstante, fueron menos multitudinarias que las que fueron celebradas el pasado domingo en contra del Gobierno y que, según la policía, juntaron a 3,6 millones de personas en todo el país, 1,4 millones de las cuales en Sao Paulo.

En la marcha de Sao Paulo, Lula hizo un alegato a favor de la democracia y en contra del "golpe", forma en la que los partidos de izquierda se refieren al juicio político contra Rousseff que la oposición trata de impulsar en la Cámara de los Diputados.

La consigna "no va a haber golpe" fue el hilo conductor de todas las manifestaciones que se dieron en Brasilia y en las 26 capitales regionales y en otras muchas ciudades de interior.

El trámite para evaluar si se impulsa ese juicio político se inició el jueves con la instauración de la comisión especial formada por 65 diputados que votará si se juzga o no a la jefa de Estado en el Parlamento, aunque la decisión se tomará primero en el pleno de la cámara baja y luego en el Senado.

El mandatario, nombrado el pasado miércoles como nuevo ministro de la Casa Civil (Presidencia) a pesar de que está siendo investigado por corrupción, había advertido que combatiría a los conservadores desde las calles, pero en su discurso, fue conciliador.

Volvió a usar su lema "Lulinha, paz y amor", con el que presentó su cara más amable que le sirvió para tranquilizar a los mercados, apaciguar los miedos que generaba su aura de sindicalista combativo y le sirvió para ganar las elecciones de 2002.

"Me volví otra vez Lulinha paz y amor. No voy (al Gobierno) para pelear, sino para ayudar a Dilma a hacer las cosas que tiene que hacer y sin pensar que a los que no les gustamos son menos brasileños que nosotros", dijo Lula ante la multitud que abarrotó la Avenida Paulista.

El ex mandatario fue recibido con una calurosa ovación por los manifestantes, vestidos de rojo, armados con banderas del PT, de movimientos sociales y hasta con enseñas arcoiris de los defensores de derechos de los homosexuales.

"Este país necesita volver a crecer, tener una sociedad armónica, entender que democracia es la convivencia de la diversidad", comentó el nuevo ministro del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff.

"Lo que quiero es que aprendamos a vivir de forma civilizada con nuestras diferencias", agregó Lula, que aseguró que en Brasil "no hay espacio para el odio".

En ese sentido, Lula le pidió a sus simpatizantes que no respondan a "provocaciones" que puedan hacer opositores al dejar la manifestación, para evitar altercados.

La policía brasileña no notificó ningún hecho de gravedad, aunque por la mañana sí hubo un conato de enfrentamiento en Brasilia entre manifestantes favorables al Gobierno y opositores.

Horas antes de la marcha de Sao Paulo, la policía tuvo que evacuar con chorros de agua a presión a un grupo de manifestantes contrarios al Gobierno que habían acampado en la Avenida Paulista después de las marchas opositoras del miércoles y el jueves.