Presidenta de Brasil denuncia que "está en curso" golpe contra su administración

Actualizado a las 23/03/2016 - 08:58

Palabras clave：

BRASILIA, 22 mar (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo hoy que hay "un golpe en curso" en contra de su administración, y que en ningún caso va a renunciar.

Al recibir en el Palacio de Planalto a un grupo de juristas que se pronunció "por la legalidad y en defensa de la democracia", la mandataria afirmó que no renunciará "en ninguna hipótesis".

En su discurso, la dignataria señaló que le sobran "energía, disposición y respeto a la democracia para enfrentar la conjuración que amenaza la normalidad institucional y la estabilidad democrática".

Rousseff reiteró que no cometió ningún "acto ilícitio o irregularidad que lleve al crimen de responsabilidad", y que actuó "desde el inicio del primer mandato para combatir de forma enérgica y continuada la corrupción".

La mandataria dijo que la crisis política actual es resultado de la estrategia de "cuanto peor mejor", adoptada por la oposición desde que asumió su segundo mandato en enero de 2014.

"Esa estrategia viene siendo una acción sistemática, antirrepublicana y antidemocrática, que se manifestó en pautas-bomba (en el Congreso) y en la búsqueda de motivos falsos e inconsistentes para retirar mi mandato", afirmó.

"Nuevamente es necesario movilizar a la sociedad en una campaña por la legalidad. Jamás imaginé esto después del fin de la dictadura", agregó.

Rousseff resaltó que existen personas que tratan la situación como si Brasil tuviera un sistema parlamentario, donde la sospecha política con relación al presidente es condición suficiente para separarlo.

"En Brasil, el impeachment sólo puede darse por el crimen de responsabilidad. En su ausencia, la destitución se convierte en un crimen en sí mismo contra la democracia", subrayó.

La presidenta aludió al juez Sergio Moro, responsable por la operación Lava Jato, que investiga actos de corrupción en la petrolera Petrobras, y quien autorizó la semana pasada la divulgación de conversaciones entre ella y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, considerada ilegal.

"Un ejecutor de la Justicia no puede asumir como meta condenar adversarios, en vez de hacer Justicia. No puede tampoco abdicar a la imparcialidad, pues es ella la que garantiza que somos todos iguales. No puede transformarse en un militante partidario", señaló.

Apuntó que la Justicia se debilita cuando son divulgadas en forma ilegal grabaciones que no se refieren a las investigaciones y "cuando son violadas las prerrogativas de abogados, hiriendo el derecho de defensa".

"Cuando todo eso ocurre, es nítida la tentativa de superar el límite establecido por el Estado democrático de derecho, la tentativa de cruzar la frontera que separa el Estado democrático de derecho del Estado de excepción", afirmó.

Rousseff manifestó su confianza en que el Supremo Tribunal Federal y otras instancias del Poder Judicial "sepan garantizar con imparcialidad y serenidad todos los derechos y garantías que aseguran los principios del Estado democrático de derecho".

La presidenta dijo que "condenar a alguien por un crimen que no practicó es la mayor violencia que se puede cometer contra cualquier persona, es injusticia brutal, es ilegalidad".

La dignataria recordó que ya fue "víctima de esa injusticia una vez, durante la dictadura", y que luchará "para no ser víctima de nuevo en plena democracia".

"En este caso, no caben medias palabras. Lo que está en curso es un golpe contra la democracia", subrayó.

Rousseff agregó que la ruptura institucional está "siendo forjada en los bajos sótanos de la baja política que precisa ser combatida".

Afirmó que "aquellos que piden mi renuncia muestran la fragilidad de su convicción sobre el proceso de impeachment", y sobre todo que "intentan ocultar justamente ese golpe contra la democracia".

"Puede describirse un golpe de Estado con muchos nombres, pero siempre será lo que es: la ruptura de la legalidad, atentado a la democracia. Espero escuchar el sonido del martillo de la Justicia siento batido por jueces sensatos e imparciales", afirmó.

La presidenta expresó su creencia de que el gobierno podrá atravesar esa fase turbulenta.

"Las instituciones en Brasil están muy maduras y tenemos condiciones de superar este momento", dijo Rousseff.