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Los granjeros del este de China prescinden de los gallineros

Actualizado a las 05/04/2016 - 08:42
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NANCHANG, 4 abr (Xinhua) -- Unos dos millones de pollos se refugian al caer el sol entre los pinos de una parcela arbolada de la provincia oriental china de Jiangxi.

"En comparación con los pollos de cría rápida que están listos para el matadero en 20 días, nuestros pollos viven al menos 150 días fuera de las jaulas, en bosques", dice la campesina Zhou Jing, graduada de la Universidad de Windsor de Canadá.

La empresaria, veinteañera, dejó en 2013 su trabajo de oficina en Canadá para regresar a su ciudad natal de Fuzhou, en Jiangxi, y empezó a criar pollos al aire libre en el bosque, donde sus padres llevaban cultivando desde hacía más de una década una parcela de 1.000 hectáreas.

Caminando bajo la luz de la luna, Zhou señala un pino donde descansan al menos siete pollos. Los pollos duermen entre las ramas para evitar ataques nocturnos de serpientes y comadrejas de vientre amarillo, explica la joven.

El padre de Zhou fue el primer en soltar pollos en el bosque, hace más de siete años.

Su padre no tenía tiempo para cuidar de los pollos pero las aves sobrevivieron en el bosque por sí mismas. Al hombre le alegró descubrir que el estiércol de pollo es un buen fertilizante.

"Sólo los que son fuertes y vuelan bien pueden sobrevivir mucho tiempo en el bosque. Es la superviviencia del más apto", dice Zhou Jing.

Zhou cree que los pollos ayudan a satisfacer la creciente demanda de los consumidores chinos de alimentos de calidad

"Cada día más chinos compran en el extranjero debido a las dudas sobre la salubridad de la comida. A los consumidores ya no les satisface la comida rápida como las hamburguesas y el pollo frito", explica.

Cuando estudiaba en Canadá, Zhou llevó la producción agrícola de sus padres a la Exposición Internacional de Alimentos de Montreal, donde resultó muy popular.

Pero es difícil ganarse la vida dignamente con la agricultura a pequeña escala, así que Zhou se ha dedicado a buscar un nicho en el estudio del reciclaje y la vida rural sostenible.

Además de ampliar la explotación de cría de pollos de sus padres, excavó una zanja en el bosque para canalizar el agua residual a un estanque en el que introdujo caracoles y peces para ayudar a purificar el agua. Las criaturas también sirven como presa de las tortugas que cría Zhou.

El agua del estanque se bombea después para regar un arrozal.

Recoger huevos en el bosque puede ser una tarea ingente, pero Zhou la convirtió en una actividad turística de la granja en la que son los clientes quienes pueden encargarse de reunirlos.

Bajo la marca de "Fénix Volador", los pollos de Zhou se venden a tres o cuatro veces el precio medio del mercado.

Su granja generó unos ingresos de 100 millones de yuanes (15,4 millones de dólares) el año pasado, con un beneficio neto de 23 millones de yuanes.

Las reformas por el lado de la oferta que propone el gobierno chino para modernizar la agricultura apuesta por modelos agrícolas innovadores y sostenibles como el que Zhou ha desarrollado.

Las autoridades locales planean invitar a reputados chefs a que elaboren platos con los pollos de Zhou, con la esperanza de que fomenten la agricultura ecológica y desarrollen el turismo y la cocina locales.

En cuanto a la propia Zhou, ganarse la vida en el bosque, lejos del alboroto de la ciudad, es exactamente lo que había estado buscando.

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