BEIJING, 5 may (Xinhua) -- China no devaluará el yuan, o Renminbi, para lograr un superávit comercial, ya que al país le interesa que sea el mercado el que determine los tipos de cambio de la moneda nacional y que el comercio internacional sea equilibrado.
El Departamento del Tesoro de EEUU incluyó la semana pasada a China en su "lista de vigilancia" en un informe semestral entregado al Congreso estadounidense, ya que el país asiático dispone de un "importante superávit comercial bilateral" con EEUU y un "superávit material de cuenta corriente".
El Tesoro norteamericano comunicó que seguirá de cerca y evaluará las tendencias económicas y las políticas de divisas de los países y regiones incluidos en el listado, con el fin de garantizar que no desarrollen políticas que les concedan una ventaja competitiva injusta.
Los líderes chinos han prometido en repetidas ocasiones que el mayor comerciante de artículos del mundo no devaluará el yuan para estimular las exportaciones.
El gran superávit comercial de China es resultado, de hecho, de la creciente demanda externa derivada de la recuperación económica de EEUU y algunos países europeos.
Las ganancias tampoco se debieron a la disminución del volumen de las importaciones chinas sino a su menguante valor, debido principalmente a la reducción continuada de los precios de las mercancías
Por ejemplo, el volumen de las importaciones de petróleo crudo y minerales de hierro de China se incrementó un 8,8 y un 2,2 por ciento en 2015, respectivamente, mientras que sus precios bajaron un 40 y un 39 por ciento.
Además, los controles de las exportaciones de los países desarrollados sobre los productos de alta tecnología más caros destinados a China también contribuyeron a sus déficit comerciales.
China está tratando de estimular las importaciones para equilibrar el comercio exterior, ya que un gran superávit y la subida posterior de las reservas de divisas pueden limitar la flexibilidad del banco central del país a la hora de fijar la política monetaria.
Por lo tanto, el Consejo de Estado, el gabinete chino, ha tomado medidas para ampliar la importación de equipos avanzados, componentes claves y artículos de consumo diario, así como para agilizar el comercio.
En un sentido más amplio, China está implantando reformas estructurales para reequilibrar su economía para depender más del consumo doméstico, lo que estimulará la demanda nacional de los productos de alta calidad importados desde otros países.
El Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) acordó en una reunión celebrada la semana pasada que el gobierno debe mantener "esencialmente estables" los tipos de cambio del yuan.
El órgano prometió establecer gradualmente un mecanismo de tipos de cambio basado en la oferta y la demanda del mercado con una flexibilidad y variabilidad bidireccionales.
Los fundamentos de la economía de China descartan la depreciación del yuan y apoyan la estabilidad de la moneda a largo plazo.
A pesar de las dificultades, el aumento del producto interno bruto (PIB) del país aguantó el ritmo en el primer trimestre de 2016, con señales de mejora cualitativa de este crecimiento.
Tanto a China como a sus socios comerciales les interesa tener una moneda estable. China no la manipulará.