La presidenta brasileña Dilma Rousseff anunció que resistirá hasta "el último día" en la defensa de su cargo, después de que una comisión especial del Senado aprobó hoy llevar al plenario la votación para abrir un juicio político en su contra.
"La historia dejará bien claro quién es quién en este proceso (...) Estoy muy incómoda con la situación, primero porque soy la presidenta electa, segundo porque no cometí ningún crimen, y tercero porque soy la prueba viva de un golpe sin base legal", cuyo objetivo es afectar los intereses y conquistas adquiridas en los últimos 13 años", dijo Rousseff.
La mandataria enfrenta un proceso de "impeachment" (juicio político), acusada de irregularidades fiscales en su gobierno.
"Tengo la disposición de resistir. Resistiré hasta el último día", agregó Rousseff, quien la próxima semana puede ser apartada del cargo durante 180 días en caso de que el Senado apruebe la apertura del juicio político en su contra.
La comisión especial que analizó el informe en el que se pide abrir un juicio contra la presidenta por "maquillar" los balances fiscales en 2014 y 2015, aprobó este viernes con 15 votos a favor y cinco en contra llevar la votación al plenario de la cámara alta el próximo miércoles, donde una simple mayoría de 81 senadores sirve para apartar a Rousseff del cargo.
La mandataria también se refirió a la decisión adoptada el jueves por el Tribunal Supremo de suspender de su cargo al polémico presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, rival declarado de Rousseff y quien inició en la cámara baja al proceso contra la mandataria.
"Me gustaría decir a los señores que mi proceso es un proceso violento. ¿Cómo se hizo? Fue necesario una persona destituida de principios morales y éticos, acusada de lavado de dinero y de cuentas en el exterior para perpetrar este golpe", comentó.
Según la jefa de Estado, Cunha, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), chantajeó el año pasado a miembros del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) para evitar que sus miembros votaran a favor de abrir un proceso en la Comisión de Etica de la Cámara de Diputados contra él.
Cunha mintió a sus colegas al afirmar que no abrió cuentas de ahorro en bancos fuera del país.
En su discurso, Rousseff también criticó al vicepresidente brasileño Michel Temer, también del PMDB y quien asumirá su puesto si la mandataria es apartada del cargo.
"El vicepresidente es cómplice del proceso extremadamente grave dirigido por aquellos que están usurpando el poder", fustigó.
En caso de que una mayoría simple de 41 senadores apruebe abrir un juicio contra la jefe de Estado, Rousseff será apartada durante 180 días del cargo, mientras se juzgan las denuncias por irregularidades fiscales contra ella.
En ese periodo de tiempo puede ser sustituida por el vicepresidente Temer, quien incluso puede completar el mandato que vence el 1 de enero de 2019, si el Senado decide destituir a Dilma Rousseff.